Una importante oleada de turistas empezó a llegar en este periodo de vacaciones de Semana Santa al puerto de Acapulco, quiénes están abarrotado las principales playas, la mayoría provistos de bebidas alcohólicas y todo tipo de alimentos.
A pesar de los módulos que se han instalado en puntos estratégicos de la franja turística, para brindar orientación a los paseantes para que cumplan con el uso del cubrebocas y guarden la sana distancia, la mayoría actúa como si no pasara nada y caminan en grupos.
El área de la Condesa, Playa Papagayo, Tamarindos, Tlacopanocha, Playa Angosta, Manzanillo, Caleta y Caletilla, son las más frecuentadas por los visitantes, la mayoría provienen de la Ciudad de México, que ingresan a la franja de arena con salvavidas, sus botes de refrescos de dos litros, six de cervezas o hielera, así como sus provisiones de pan bimbo y jamón para preparar el sándwich.
Hay prestadores de servicios turísticos que han expresado su malestar, debido a que los turistas que no les consumen y en cambio dejan montones de basura, que después tienen que recoger, pero les preocupa que tampoco cuiden no propagar el Covid-19, porque no usan cubrebocas ni guardan la sana distancia.
También se ha intensificado el tráfico vehicular en la costera Miguel Alemán, en donde los policías viales tratan de agilizar la circulación en los cruceros, pero hay otros uniformados que están literalmente cazando a quien infrinja el reglamento y negociar para no levantarles la infracción.
Mientras que las autoridades de los tres órdenes de gobierno estiman que este sábado, se incremente el número de turistas en este balneario del Pacífico y se dispare las demandas de servicio, aunque su principal preocupación es que respeten los protocolos sanitarios para evitar contagios de coronavirus.
Esto, porque para los paseantes todo es diversión y buscan olvidar las jornadas laborales, con el sol, mar y playa, pero a su manera, sin reglas.