Ante los visibles efectos del cambio climático, el Congreso aprobó un exhortó dirigido a la Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC) para que establezca acciones para que los 82 municipios de Guerrero cuenten con un atlas de riesgo.
Este exhorto se realiza a cinco días de cumplirse un aniversario más del paso del huracán Paulina, que dejó innumerables daños y perdidas humanas en las costas de la entidad en 1997.
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De acuerdo con el diputado Marco Tulio Sánchez Alarcón, con este exhorto se busca que haya coordinación entre las dependencias encargadas de la protección civil a nivel federal y estatal, así como de los municipios, para prevenir desastres naturales.
El acuerdo fue propuesto en comisiones por el diputado Joaquín Badillo Escamilla, y posteriormente la Comisión de Protección Civil lo presentó al pleno para su discusión y aprobación.
Sánchez Alarcón señaló que la entidad forma parte del denominado cinturón de fuego, y de acuerdo con estudios, se encuentra sujeto a una gran variedad de fenómenos naturales por su ubicación geográfica, desde sismos hasta lluvias.
El llamado también se realiza a los presidentes municipales, para que generen condiciones presupuestarias, de recursos materiales y humanos, para la elaboración de los llamados atlas de riesgo.
Según el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED) los atlas de riesgo, contienen información importante que permite a la ciudadanía, tomar acciones preventivas, relacionadas con la ubicación de refugios temporales y rutas de evacuación ante alguna contingencia.
En el caso de Chilpancingo, donde se tenía un atlas de riesgo desatado, se han presentado algunos problemas geológicos en dos puntos de la ciudad, el primero en la zona norponiente de la capital donde en más de 10 colonias, se presentan hundimientos; lo mismo sucede en otro punto conocido como la colonia prolongación 1 de mayo, donde familias fueron evacuadas ante el riesgo de colapso de viviendas.
En 2013, los fenómenos meteorológicos de Ingrid y Manuel, dejaron a cientos de familias damnificadas, quienes perdieron sus viviendas debido a la crecida de ríos y arroyos, así como por el deslizamiento de tierra.