Aunque la llamada “Catrina” se ha convertido en uno de los elementos más icónicos utilizados actualmente en la fiesta de Día de Muertos esta nada tiene que ver con las culturas prehispánicas que florecieron en Mesoamérica y que rendían culto a la muerte, “La Catrina es una ridiculización de la sociedad en caricaturas que inició Manuel Manilla y luego siguió Guadalupe Posadas” aseguró el catedrático universitario Ricardo Infante.
El lector de historia y no historiador como le gusta ser presentado a Ricardo Infante, comentó que la parte festiva de ver la muerte con alegría, llevar alimentos al sitio donde está sepultado, adicional elementos coloridos y la creencia de que los muertos van a un lugar y luego será un Xoloitzcuintle el que te ayudará a cruzar son algunos elementos que provienen de las culturas prehispánicas que se mezclaron con el cristianismo que trajeron los españoles.
Si la celebración de muertos fuera un elemento aportado por la cultura española sería un acto solemne una misa en la iglesia, pero el tema festivo es lo que se retoma de las culturas prehispánicas.
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El tema de la Catrina se remonta a una publicaciones elaboradas inicialmente por Manuel Manilla, quien fue un gran ilustrador y grabador que trabajó en la editorial Antonio Vanegas Arroyo Vanegas en la ciudad de Guanajuato y ahí se ilustraban varias publicaciones y fue en ellas donde empezó a utilizar calaveras en las ilustraciones.
Después José Guadalupe Posadas retoma estas calaveras para ilustrar y entre ellas hace una a la que el llamó la “Calavera Garbancera” que es la representación de la calavera de una mujer con un sombrero con plumas finas, “esta es una crítica porque se trata de una persona que reniega de su origen y se viste con plumas para aparentar ser de una posición social alta, pero las plumas están mal lo que indica que es un sombrero que levantaron en la calle o que ya es muy viejo”.
Los catrines no existen en esta representación sin embargo al tratarse de una mestiza lo han adaptado y si hubiera catrín tendría que ser una especie de Charles Chaplin, con un bombín, un traje que le queda chico y un bastón de caña.
De acuerdo con Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal, “en la época prehispánica el culto a la muerte era uno de los elementos básicos de la cultura, cuando alguien moría era enterrado envuelto en un petate y sus familiares organizaban una fiesta con el fin de guiarlo en su recorrido al Mictlán. De igual forma le colocaban comida que le agradaba en vida, con la creencia de que podría llegar a sentir hambre”.
Por ello Ricardo Infante señaló que lo que hoy tenemos es una mezcla de elementos que se toman de las culturas prehispánicas, del cristianismo que llegó con los españoles y ahora el elemento satírico inventado por Manuel Manilla, retomado pro José Posadas y que retomó fuerza luego de que Diego Rivera la utilizara en el mural “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central".
“Manilla inventa estas calaveras y una de ellas la disfraza de una mujer que no es rica, es una mujer pobre, pero quiere aparentar, que es una gente de sociedad y entonces le pone la Catrina pero la Catrina realmente trae una estola de plumas, no de piel, sino de plumas ya toda desplumada, es una mujer que usa ropa que alguna vez fue buena, pero que pues era una especie de burla a todos aquellos que no querían asumir su verdadera posición social, sino que querían aparentar otra cosa”.
Cuando Manila y Posabas hicieron las calaveras nada tenía que ver con el día de muertos, “tienen que ver con hacer caricaturas y entonces hay una hay una calavera zapatista, hay una calavera villista, hay una calavera que es Porfirio Díaz que no es el retrato del presidente es una calavera que se parece a Porfirio Díaz porque es la forma caricaturesca de interpretar a los personajes de aquel momento”.