La Maracuyá es un fruto de un sabor muy particular asociado con el clima del caribe, es fresca y ofrece una percepción de ácido y dulce a la vez, por ello se mezcla perfectamente con bebidas, comidas y postres, en Guerrero se ha vuelto popular mezclada con Mezcal, sin embargo su presencia en este lugar se remonta apenas medio siglo atrás y su semilla fue traída por un joven preparatoriano.
Carlos Alberto González Campo es originario de Colombia y su padre Moisés González Posada, fue contratado para venir a Guerrero en la década de los 70 para participar en un programa de mecanización del campo y capacitación en una escuela de agricultura que se estableció en Huitzuco.
“En la década de 1970 en Guerrero gobernaba don Rubén Figueroa Figueroa, entonces él tenía la idea de mecanizar el campo de Guerrero para que la producción se incrementara, en ese tiempo todo se trabajaba con yuntas de bueyes, o de mulas, y mi padre vino para que se introdujeran los primeros tractores”.
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Recordó que primero de Guerrero fueron ingenieros a recibir un seminario allá en Instituto Nacional de Aprendizaje en Colombia y les agradó tanto que decidieron traerse al principal maestro, al ingeniero Moisés González Posada, y junto a tras personas fundaron el Instituto Superior Agropecuario del Estado de Guerrero que se instaló en el municipio de Huitzuco.
Una vez que su padre se instaló en Guerrero envió a traer a su familia, primero se vino su madre y su hermano pequeño, él se quedó en Bogotá a terminar el año escolar, “en 1978 mi padre me avisó que tenía que venirme a México, y me pidió que trajera tres kilos de semilla de maracuyá.
Recordó que fue al mercado a comprarla, estuvo una tarde abriendo los frutos y extrayendo toda la pulpa junto con la semilla, luego la puso a secar en papel periódico durante días, cuando estaba seca la levantó y la puso en una bolsa.
“El viaje fue complicado porque nos agarró una turbulencia y casi se cae el avión, entonces recuerdo que me levanté del asiento tomé mi bolsa de semilla y la puse entre mis piernas, ahí la traje, cuando llegamos al aeropuerto me esperaba mi padre a él le entregué la semilla”.
Indicó que subirla al avión y transportarla no fue ningún problema, no requirió ni siquiera revisión porque en ese tiempo no había tantas restricciones para entrar al avión.
Sobre la producción de las primeras plantas fue en un vivero en el municipio de Huitzuco, ahí fue donde se hizo todo el trabajo para que la planta creciera y después se fue enviando a muchas partes al grado que hoy se produce en todo el territorio guerrerense y particularmente ha encontrado el clima perfecto en la zona de Costa Chica.
De acuerdo con páginas especializadas en Frutas la Maracuyá es originaria de Centroamérica y Brasil es posiblemente el mayor productor, seguido de Colombia y Venezuela. También se produce en Asia, Kenia, Costa de Marfil, sur de África y Australia.
Antes de que hubiera Maracuyá en Guerrero se producía la llamada Granada de Moco, que se cosecha principalmente en la zona de la montaña, tienen mucho parecido con la maracuyá, pero su sabor es más dulce.
Carlos Alberto González asegura que ver personas vendiendo Maracuyá le hace sentirse orgulloso de haber traído la semilla y que hoy alguna persona pueda sostenerse económicamente de ello, pero también le hace recordar a su padre que fue quien hizo todo el trabajo, y murió en Huitzuco en 1979, “estoy seguro de que es feliz viendo como ha proliferado la maracuyá en Guerrero y en otras artes de México que fue su segunda patria”.
Su nombre científico, “Passiflora edulis”, indica que es una planta trepadora, “es una planta muy noble ocupa poco trabajo y da mucho fruto, hoy he comido pasteles de maracuyá. Guizado de carne con maracuyá, y sin lugar a dudas algo que en México se le adicionó es el mezcal y se generó algo delicioso”.