La Gallina y sus pollitos, La Prostituta y El Cerrito Rico, son algunas de las antiguas leyendas de Chilpancingo que han sobrevivido con el paso de los años.
En el siglo pasado, los antiguos pobladores hablaban de que durante la tarde-noche de un día cualquiera, una gallina junto con sus pollitos, recorría las calles empedradas del centro de Chilpancingo para buscar alimento.
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Después de un recorrido, en alguna esquina la gallina se detenía y se convertía en el cadaver de una mujer, mientras que los pollitos se volvían velas que rodeaban el cuerpo.
De la mujer se desconocía su identidad, solo que posteriormente esta escena desaparecía.
Otro caso era el de “La Prostituta”, una historia que se contaba y que ocurrió en el camino que Chilpancingo-Amojileca, está última, una localidad ubicada a unos 15 minutos de la ciudad.
La historia es de una mujer que se dedicaba a la prostitución y que fue sorprendida por el pueblo. Estos se indignaron y tal fue la molestia de los pobladores, que la mataron.
Lo que se cuenta es que ingresaron un palo por su vagina, la cual atravesó su estómago y garganta. Después su cadáver fue colocado a la orilla del camino, a modo de advertencia para quienes quisieran ganarse el dinero de esa forma.
Con el paso del tiempo, se comenzó a hablar de que el cadáver de la prostituta se le aparecía a las mujeres para advertirles de alejarse de ese trabajo.
La Llorona, que se ha convertido en un ícono nacional, también camina por la calles de Chilpancingo, es lo que menciona el maestro e historiador Héctor Gutiérrez, quien señala que la mujer se aparecía recorriendo la Barranca Apatzingo.
Esta barranca es una de las más grandes, que actualmente está embodegada y que atraviesa el centro de la ciudad, del Barrio de San Mateo hacia el Barrio de San Francisco.
Los comentarios de las personas, refieren que La Llorona es una mujer vestida de blanco que recorre las calles flotando, la cual hasta la actualidad es escuchada por las personas, llorando amargamente.
Otro de los casos es el del Cerrito Rico, una colina que se ubica al norte de Chilpancingo, sobre la que fue erigida una estatua de cantera de Vicente Guerrero, el consumador de la Independencia.
De este lugar se ha hablado que se trata de una zona arqueológica sobre la que se observan objetos voladores, y que según las versiones, esconde en su interior grandes tesoros, pero que quien ingresa lucha contra el tiempo, porque estar dentro un minuto significa una eternidad afuera.
Otros dicen que sólo se trata de una gruta que lleva al municipio de Zumpango.
El historiador Héctor Gutiérrez señala que en esos tiempos donde se hablaba de narraciones y hechos paranormales, Chilpancingo era un pueblo muy pequeño, donde se creía mucho en cosas de brujería y, cuyos relatos se han ido perdiendo por el avance la ciencia, señala.