La Casa del Peregrino en Chilpancingo se ha convertido en un oasis para personas de todas las regiones en la entidad, quienes debido a las circunstancias tienen un familiar recibiendo atención médica en el Hospital General Raymundo Abarca Alarcón.
Se trata también de la Capellanía Nuestro Señor la Salud, ubicada en la colonia México, a unos 300 metros del hospital general.
El lugar es administrado por el sacerdote José Filiberto Velázquez Florencio, quien se ha distinguido por acompañar la lucha de las víctimas de la violencia.
El sitio se encuentra en medio de varios predios que apenas están siendo habitados, y cuentan con el equipo básico para dar asilo a personas que así lo requieran.
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Principalmente quienes hacen uso del inmueble, son familiares de personas hospitalizadas, quienes utilizan el acceso principal del hospital como sala de espera.
Es habitual que las personas estén sentadas o acostadas en el suelo, con solo algunos cartones. También improvisan casas para acampar, en lo que esperan noticias de sus familiares.
A todos se les hace la invitación de acudir a la Casa del Peregrino a dormir, a asearse, o simplemente a hacer oración.
Desde allá, un oficial de seguridad se enlaza por radio con el otro guardia que cuida el acceso al hospital, y mediante esa acción logran tener informes de sus familiares o saber cuándo son requeridos por el personal médico.
También, ponen a disposición de las familias un banco de medicinas, en caso de que estas sean de bajos recursos y no puedan comprar este tipo de productos para sus pacientes.
Este lugar sobrevive con el apoyo de bienhechores, aportaciones que realiza la población y también, mediante actividades como la realizaron de quermeses o rifas.
En el acceso principal hay escaleras y una rampa para discapacitados, y casi todo el lugar se encuentra bajo la sombra fresca de un árbol frondoso.