La activista y defensora de derechos humanos Kenia Hernández, privada de su libertad en el Centro Femenil Federal de Alta Seguridad de Morelos, denunció que teme por su salud, pues ha sufrido algunos "piquetes" en el pecho y en ese lugar no ha habido un médico que la atienda, por lo cual pidió ser trasladada.
Refirió que después de la audiencia del 11 de agosto sufrió dolores de cabeza, por lo cual en la siguiente audiencia del día 19, su abogado lo manifestó al juez, quién ordenó practicar una prueba Covid-19, que hasta ahora no se le ha realizado, pues en el centro de máxima seguridad le han respondido con evasivas.
A través de un texto publicado en redes sociales, vía un audio que envió, Hernández expresó que desde el tres de septiembre tuvo un piquete en el pecho, de lado izquierdo, donde se coloca el corazón, de unos 3 segundos; al día siguiente volvió a tener un nuevo piquete, y el 11 de septiembre nuevamente registró el mismo síntoma.
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Lo reportó a los oficiales, fueron enfermeras a checarla y salió con la presión muy baja, pero, narró, le dijeron que no tienen doctor los fines de semana, pues uno solamente atiende lunes y martes, y otro médico miércoles y jueves.
La defensora de derechos humanos expresó su preocupación por su salud, pues los piquetes en el pecho se repiten con mayor frecuencia y teme que pueda sufrir un paro cardíaco, sin la posibilidad de atenderse porque no hay doctor en ese centro preventivo, dónde lleva casi 11 meses en prisión.
Caso omiso a su petición de traslado
Explicó que aunque tiene poco contacto con el resto de la población penitenciaria, algunas personas le han comentado, en el poco tiempo que ha podido tener contacto con ellas, que a pesar de las solicitudes de que las atiendan médicos, no lo hacen porque el argumento es que no hay doctor.
También refiere que desde el 19 de julio presentó una solicitud de información pública a la directora general del Cefereso para saber cómo se aplica el presupuesto, con la intención de hacer una contraloría social como ciudadana, pero no le han contestado, y a través de una llamada telefónica a la directora técnica, le pidió la información pero tampoco le han respondido. En ese lugar, señaló, nadie acusa de recibido ningún documento.
La abogada y defensora de Derechos Humanos reprocha al presidente Andrés Manuel López Obrador que, aún cuando ha señalado que lucharía contra la corrupción, al parecer solo se libran órdenes de aprehensión contra defensores, pues ella sigue en prisión y a defensores de derechos se les castiga, criminaliza y persigue, mientras ex funcionarios están libres.
Llamó a las organizaciones de la sociedad civil a realizar una contraloría social y una auditoría ciudadana del Cefereso y volvió a expresar que teme por su salud, e incluso anunció que buscaría dormir afuera de su estancia, cerca de un teléfono para que si se siente mal lo pueda reportar, pues a partir de las 10 de la noche las encierran y no tienen acceso a nada.
Incluso, explicó, a veces hay oficiales que dan rondines y a veces no, y algunos tampoco pasan los reportes.
Por ello, solicitó la intervención de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y su traslado a otro Cefereso, donde pueda tener acceso a la salud, pues en el de Morelos no hay médico y reiteró que teme por su vida y por represalias en su contra, derivado de esa denuncia.
Sin derecho a nada
Acusó que en ese centro violan los derechos a la salud, a la vida, el derecho humano al agua, pues la venden a 2.20 pesos cada litro, y hay quienes han solicitado un especialista sin respuesta.
Kenia Hernández fue detenida el 6 de junio del 2020 en la caseta de la Hortaliza, Valle de Bravo e ingresada al penal de Chiconautla en el Estado de México; después la detuvieron el 18 de octubre de ese año en la caseta de Amozoc, Puebla y fue ingresada al penal de Almoloya de Juárez, también en la entidad, y el día 25 de ese mes giraron una nueva orden en su contra y fue trasladada a Acapulco. Actualmente está presa en Morelos.