Los incendios forestales que se han registrado durante 2024 en el municipio de Chilpancingo han devastado cerca de 50 mil hectáreas de vegetación, los siniestros afectaron zonas en las que se tenía un trabajo de renuevo de la flora, además de que durante dos semanas la capital se mantuvo sumida en una densa capa de humo que se disipó hasta que llegaron las primeras lluvias de la temporada.
De acuerdo con el Consejo Consultivo de Restauración y Protección de los Ecosistemas de Guerrero (CCPEGro) se estimó que los incendios que dañaron casi 50 mil hectáreas fueron provocados por la mano del hombre.
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El consejo se encuentra integrado por biólogos, empresarios, activistas, voluntarios y autoridades estatales, que tras conocerse la magnitud de los daños que dejaron los incendios en el municipio han establecido una ruta para tratar de remediar las áreas más dañadas a través de procesos de reforestación.
En este trabajo de reforestación se busca involucrar a las autoridades y población civil de las comunidades que fueron más afectadas, de tal manera que se involucren en el tema de cuidado ambiental y en los años venideros este trabajo permita mantener al municipio sin incendios como los que se tuvieron este año.
El objetivo principal de esta iniciativa es recuperar partes de las áreas afectadas y fortalecer los ecosistemas y la biodiversidad, especialmente en la zona serrana de Chilpancingo, la cual fue gravemente afectada por los incendios.
Entre las acciones planificadas se incluyen jornadas de concientización en las comunidades y centros escolares, dirigidas principalmente a jóvenes y adolescentes, así como trabajos de campo asesorados por biólogos para definir el tipo de árboles más adecuados para cada zona y ejido.
Sin embargo, no se han dado detalles respecto a de donde provendrán los árboles que se van a sembrar, porque se requieren millones de plantas para lograr restablecer el bosque, tampoco se ha establecido si podrán participar en programas como Sembrando Vida para que les otorguen beneficios por cuidados ambientales, de tal forma que los campesinos hagan trabajo para regar las plantas, abonarlas y cuidarlas para que no se sequen.
Cabe señalar que de acuerdo con estimaciones que tienen los propios gobiernos el promedio de supervivencia de los árboles que se siembran en estas campañas de reforestación es de un 10 por ciento, ello principalmente se debe a lo endeble que es la planta cuando se siembra, primero porque viene de un invernadero donde tenía todo controlado para poder crecer rápidamente, pero al llegar al bosque se encuentra con la competencia natural de supervivencia con otras especies, las plagas, la falta de nutrientes en e piso, la poca agua y más cosas que en el invernadero no pasaban.
Los ejidos contemplados para la siembre de árboles son Palo Blanco, Acahuizotla, El Tejocote, Azinyahualco, Llanos de Tepoxtepec, El Huiteco, La Ciénega, Xocomanatlán y Amojileca.