Familias procedentes de Honduras llegaron a Chilpancingo, capital del estado de Guerrero, en su ruta por llegar a la Ciudad México para conseguir trabajo y luego seguir su camino a Estados Unidos en busca del sueño americano.
Es el caso de la familia de Lucas, de 26 años de edad, quien junto con su hija de 5 años y su esposa, han tenido que venir padeciendo la inseguridad y las inclemencias del tiempo para tener estabilidad y una vida plena, lejos del lugar que los vio crecer.
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Lucas sostiene que la situación económica y política en su país, fue motivo para abandonarlo. El salió de un lugar conocido como Ruinas de Copán, una población de unos 20 mil habitantes, dedicada al turismo al tratarse de una zona arqueológica.
Al no haber empleos y con lo caro que significaba adquirir los productos de la canasta básica, aunado a que no veían un futuro para su hija, no les quedó más remedio que salir.
Los tres integrantes de la familia salieron hace casi dos meses de su lugar de origen, y a través de “aventones” y varios kilómetros a pie fue como llegaron la mañana del martes a Chilpancingo.
El padre José Filiberto Velázquez, quien dirige la Casa del Peregrino, un lugar adecuado para recibir a personas que requieran de un refugio, señala que aunque es inusual la travesía de migrantes hacia la capital, esto puede derivarse de que muchos de ellos buscan vías alternas para llegar al centro del país, y después dirigirse a Estados Unidos.
Para sobrevivir lejos de su hogar, Lucas ha tenido que trabajar por jornadas diarias, mientras realiza la travesía, esto pedir dinero para comprar agua y comida, y también para pagar medicinas para su hija, quien en días pasados estuvo enferma.
“Solo quiero llegar a la Ciudad de México”, dice el joven de 26 años, quien no tiene más familia que su hija y esposa. Solo estudió la secundaria por la falta de oportunidades.
Dijo que la idea de venir a México, es porque a través de amigos y conocidos, se enteró de que en este país se apoya a los migrantes y que hay mucho trabajo, sobre todo en la Ciudad de México y espera que pueda tener una mejor calidad de vida.
En la Casa del Peregrino, Lucas se encontró con Josué, otro joven de su edad que salió de Honduras, también con una pequeña de 4 años.
A diferencia de Lucas, Josué tiene el sueño de llegar hasta Estados Unidos, pues asegura que su sueño es trabajar para mandar dinero a su madre, quien se quedó sola en su natal La Entrada, perteneciente al municipio de Santa Rosa de Copán.