El obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza aseguró que desde hace más de un mes que públicamente había pedido a las autoridades tomar medidas para evitar el cierre de la empresa Coca Cola en Ciudad Altamirano, misma que se retiró por la situación de inseguridad y violencia que priva en la Tierra Caliente.
Al iniciar las actividades de la Semana Santa en la Diócesis, el Obispo llamó también a todos los feligreses a pronunciarse porque haya paz en Guerrero y que el proceso electoral que se avecina se desarrolle en armonía, en paz y sin incidentes.
“La Semana Santa es un tiempo de reflexión, para que todos los cristianos podamos participar y meditar de este gran amor que Dios nos ha regalado con su sacrificio en la cruz, vale la pena también con nosotros echarle una mirada a Jesús, a ese Jesús que tanto nos ha amado”.
Reconoció que todo el país, pero especialmente el estado de Guerrero vive tiempos difíciles, y llamó a todos los feligreses a realizar oración para pedir con ello a Dios que nos regrese la paz, la tranquilidad y la armonía de todas las familias.
“Orar y meditar sirve, sobre todo tenemos que meditar que uno de los grandes valores fundamentales que tiene el hombre es la vida y que nosotros tenemos que amar la vida, respetar la vida, cuidar la vida, nadie tiene derecho a arrebatarnos”.
Del cierre de la empresa Coca Cola, dijo que es un tema muy delicado, porque en Ciudad Altamirano se tiene un fuerte problema de extorsión y cobro de piso, con lo que se está ahuyentando a estas industrias que generan empleos y desarrollo.
“Si ustedes lo analizan yo ya lo había anunciado desde hacía casi un mes, que la Coca Cola estaba en problemas y desgraciadamente están ahogando estas industrias que traen Progreso al estado”.
Por ello volvió a llamar a las autoridades a generar las condiciones de seguridad y bienestar de la población, “aquí las autoridades deben poner todo lo que está de su parte para proteger estas industrias y otras, ustedes saben qué Ciudad Altamirano es una situación muy parecida a Chilpancingo”.
El también nombrado administrador pastoral de la diócesis de Ciudad Altamirano, resaltó que la situación en la Tierra Caliente es muy difícil y de alto riesgo, “pero vale la pena si el obispo se echa para atrás creo que no estaría bien, tenemos que dar un buen ejemplo de valentía y estabilidad a los demás”.
Finalmente, a las autoridades de todos los niveles los llamó a seguir poniéndole ganas y cumplir con su trabajo, “que pongan todo lo que está de su parte y que tengamos un estado en paz y recordarle simplemente que los responsables de la estabilidad y de guardar el orden y la paz son las autoridades”.