Familiares de siete víctimas de la llamada Guerra Sucia que habrían sido asesinados de forma sumaria por el Ejército Mexicano, y sus restos fueron desenterrados hace seis meses en la sierra de Ajuchitlán del Progreso, se manifestaron en la puerta de la Fiscalía General del Estado para exigir la entrega de los cuerpos para que finalmente se les pueda dar una sepultura formal.
Joel Hernández Rojas uno de los familiares de las víctimas, expresó que ha sido un proceso largo, de más de casi medio siglo para poder lograr que el gobierno realizara las diligencias para desenterrar los cuerpos que fueron sepultados en la clandestinidad luego de que el ejército los masacrara.
El presidente del Colectivo de Esposas e Hijos de Desaparecidos y Desplazados en la Guerra Sucia del municipio de Atoyac, Octaviano Gervasio Serrano, indicó que la fiscalía ha dado muchas justificaciones para no entregar los restos como el que son huesos de una larga data, además de que cinco de los cuerpos estaban sepultados en un campo de cultivo de maíz y estuvieron en contacto con el fertilizante eso dificulta la posibilidad de identificarlos pro ADN.
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Además explicó que se tiene identificado el sitio en el que se presume que está enterrada otra de las víctimas, pero se espera que la Fiscalía General de la República acuda a realizar las diligencias para exhumarlo.
Explicó que debido al os testimonios que sirvieron para dar con los restos de las víctimas, es posible que la Fiscalía General del Estado entregue los restos a sus familiares, pero se ha tenido resistencia a hacerlo y esperan poder lograr a identificación por ADN pero el trabajo no avanza. “Aquí hay una certeza, prácticamente sabemos quiénes son”.
Explicó que protestaron en la Fiscalía, porque es ahí donde se tiene que avanzar en su investigación que se atiende a través de la Fiscalía Especializada en desaparición forzada, en tres carpetas de investigación que están detenidas, sin avance.
“Estamos aquí exigiéndole al gobierno federal y al gobierno estatal la pronta entrega de los restos de todos nuestros compañeros, mi padre fue Apolonio Hernández Bernadino, este desaparecido y asesinado por el Ejército Mexicano en la parte alta de la sierra del municipio de Ajuchitlán del Progreso”, señaló Joel Hernández Rojas
Agregó que además de la entrega de los restos la demanda es que se haga justicia, que los asesinos uniformados paguen sus crímenes, que se proceda contra quienes accionaron las armas y contra quienes dieron las órdenes de hacerlo. “están os nombres de los generales y de los militares que ejecutaron las órdenes, en 1971 que fue cuando asesinaron a mi padre”.