La piel se erizaba y las lágrimas cayeron por lasmejillas de la multitud que acompañó hasta su última morada, ala pequeña Diana Paulina de escasos 13 años de edad.
El sentimiento se encontraba a flor de piel por lamenor que fue encontrada sin vida, tirada en un camino deterracería la mañana del martes a un costado de la carretera quecomunica a la cabecera municipal de Chilapa de Álvarez con lacomunidad de Acazacatla.
La pequeña, se encontraba desaparecida desde elpasado 12 de noviembre en este municipio vulnerado por lainseguridad que no cesa, pese a los operativos de vigilancia queimplementan los tres niveles de gobierno.
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Previo al cortejo fúnebre, se realizó una misa decuerpo presente en la en la iglesia del barrio La Villa, dondetenía su domicilio la pequeña. Luego, los dolientes, amigos yvecinos, entre los que se encontraba el líder del colectivo“Siempre Vivos” José Díaz Navarro, se trasladó a la canchade básquetbol donde jugaba este deporte.
En el lugar, entre sollozos, suspiros, ylamentaciones, se vio una madre desconsolada, tíos, primos, yotros familiares, destrozados por el suceso que ha sido condenadopor distintos sectores de la población.
La muchedumbre avanzó, llegó al domicilio de DianaPaulina donde la despidieron. Al exterior, un moño rosa semostraba a quienes llegaron. Las lágrimas contenían la rabia, elpesar y un profundo dolor de los familiares que, dijeron,perdonaron a quienes cometieron este abominable asesinado al cortarla vida de una pequeña deportista.
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El féretro de madera donde yacían los restos de quien cursabasegundo año de secundaria en la escuela Benito Juárez, fuecargado por sus tíos, y llevado en una carrosa blanca por lascalles que era seguida por pequeños vestidos de blanco y que ensus manos portaban globos color rosa. La gente, no daba crédito alo ocurrido.Los minutos transcurrieron, la hora estaba marcada.El cortejo fúnebre avanzo a la última morada de la pequeña. Elpanteón de la localidad, donde yacen los restos de unindeterminado número de personas que también han sido víctimasde la violencia en este municipio de la Montaña baja deGuerrero.
Poco a poco, lentamente y en medio de un llantodesgarrador, el ataúd con los restos de la pequeña, fuedesapareciendo, hundiéndose en la tierra, mientras los familiares,amigos y compañeros de Diana se abrazaban junto con un grupo depequeños vestidos de ángeles que portaban los globos color rosaque llevaron en el trayecto al panteón para darle el últimoadiós.
RESCATE
Previo al sepelio, los familiares revelaron que lespidieron rescate para dejar en libertad a la niña. Pagaron diezmil pesos de los 100 mil que les habían solicitado para liberarla.Sin embargo sus captores, no cumplieron el acuerdo y le quitaron lavida estrangulándola.
Señalaron que perdonaron a los victimarios a quienesdesearon que Dios los bendiga.