Ante el uso de obras de arte como utilería de escenografía que hace el ayuntamiento de Chilpancingo, durante la transmisión de las conferencias matutinas de la alcaldesa Norma Otilia Hernández Martínez el director del museo de arte contemporáneo de la Universidad Autónoma de Guerrero, Ángel Guzmán Hernández, consideró que las obras que tiene en custodia el gobierno municipal deberían tener un tratamiento adecuado y evitarles factores de riesgo.
Guzmán Hernández, indicó que el pintor Salvador Tarazona, dejó un legado muy importante de arte en los lienzos que se tiene en el palacio municipal, estos se pintaron aproximadamente en la década de los 40 de siglo pasado con lo que estarían prontos a tener un siglo de antigüedad.
Explicó que existen estudios científicos que demuestran que la luz que emiten los flashes de cámaras fotográficas dañan los oleos, "la luz les produce amarillamiento y grietas, por lo que si están constantemente expuestos habría que revisar si tiene daños y hacerles un proceso de restauración luego colocarlos en un lugar correcto", por lo que es muy dañino que se utilicen como utilería en la escenografía de sus eventos de la alcalde.
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Mencionó que un cuadro para que se conserve de la mejor manera se recomienda ponerlo a una distancia de 80 centímetros del paso de las personas, esto a fin de que no se toquen porque el ser humano de manera natural tiene grasa en las manos que también daña las pinturas.
El experto en museografía especialmente recomendó que los oleos deberían estar en ambientes completamente secos y de ser posible con clima controlado, y confirmó que tener plantas naturales cerca de ellos es un riesgo muy alto porque la humedad que desprendan tarde o temprano alcanzará las pinturas y podría generar daños graves.
"Los cuadros pueden ser fotografiados, por supuesto que sí, pero sin utilizar luz de flash, pero si se están usando en un escenario conde ponen luces que se usan para un estudio de televisión, sin lugar a dudad que están dañando los cuadros".
Una de las pinturas de gran tamaño que son utilizadas como escenografía de la alcaldesa de Chilpancingo, es un pasaje de la Guerra de Independencia en la que a Nicolás Bravo, le fue encomendado el fusilamiento de 200 soldados enemigos, para vengar la muerte de su padre Leonardo Bravo, en 1812, bajo el cuadro se tiene una placa dorada con la frase que el héroe del perdón habría pronunciado. "Tengo órdenes de fusilarlos a cambio de la muerte de mi padre; PERO MI VENGANZA ES MI PERDÓN. Podéis marcharos, Pues os concedo además la Libertad, Año de 1812".
Esta obra fue realizada por el pintor, Salvador Tarazona, originario de Cataluña, España, quien llegó a México en la década 1920-1930, donde desarrolla intensa actividad pictórica de caballete y como muralista.
Entre sus obras se cuentan aproximadamente 30 principales obras en el Palacio de Cortés, que se refieren a la época prehispánica y de la Conquista, y hoy se encuentran en el Ayuntamiento de Cuernavaca, Morelos, en Chilpancingo el pintor de ó un acervo de siete pinturas que originalmente antes se encontraban en la sala de cabildos del Ayuntamiento, cuando este ocupaba el inmueble que hoy es el palacio de la cultura y en ellos se recrean diversos episodios de la historia de Guerrero.