En medio de calles desoladas, donde la mayoría de los negocios se encuentran cerrados, el fantasma del miedo permanece en San Miguel Totolapan, donde este jueves, fueron inhumadas algunas de las 20 personas masacradas por un comando con fusiles de asalto. En el panteón de la localidad, corrió el rumor del regreso de los agresores y los acompañantes salieron a toda prisa.
Al entrar al poblado, el ambiente es tenso y en todo el trayecto de Chilpancingo a San Miguel Totolapan, no hay refuerzo de seguridad.
La entrada a San Miguel Totolapan pareciera el de un pueblo fantasma. Desde que se entra, las viviendas están todas con las puertas y ventanas cerradas, así como la mayoría de los negocios.
En el centro, los comerciantes recogen sus pertenencias y sus puestos que estaban instalados en el zócalo por motivo de la feria en honor al santo patronato, San Miguel Arcángel.
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En el piso aún siguen dispersadas decenas de casquillos percutidos, algunos de ellos sobre juegos mecánicos que por lo menos en días pasados antes del sangriento miércoles, estaban ocupados por niños.
Por las calles cruzó un cortejo fúnebre de Martín Crescenciano, una de las 20 víctimas de los sangrientos hechos, causantes tras la incursión de decenas de pistoleros.
Los sicarios se dividieron en grupos y atacaron simultáneamente varios puntos, entre ellos el Palacio Municipal.
En total fueron 20 las víctimas, pero los pobladores asumieron que se trataron de 23, debido a que no se contabilizaron a otros que de inmediato fueron levantados por los deudos.
La marcha rumbo al panteón, la última morada de Martín, es acompañada por policías estatales.
A la entrada del cementerio se encuentran vigilantes algunos elementos de la policía estatal, de la Marina y del Ejército Mexicano.
Estaba por concluir el sepelio cuando entre los asistentes se comenzó a correr el rumor de que el mismo grupo criminal ya había irrumpido nuevamente al municipio, lo que sucedió que las personas se retiraron de prisa.
El miedo lo sienten todos. Las personas que se animan a salir, sostienen que nunca se había visto algo así en el municipio, otra comenta: “nos abandonaron hasta sin autoridad”.