José Juan, Jessica y Mariana García Pozos de 11, 15 y 17 años de edad este 2024 no celebraron el Día de las Madres, ni el Día del Padre, debido a que sus padres fueron desaparecidos el pasado 21 de febrero cuando se dirigían a trabajar para poder llevar un sustento económico a su familia.
Fue un miércoles cuando la pareja salió de su domicilio ubicado en la colonia Lázaro Cárdenas y se dirigieron a la parada del camión en La Cima, donde esperaban a que pasaran por ellos, como todos los días para llevarlos a sus labores en la colonia Quebradora.
El matrimonio José Juan García Nava de 56 años de edad de oficio pintor y herrero y Janet Pozos de 36 quien era ayudante de su esposo hace un año vivían en Cuajinicuilapa, sin embargo, el licenciado Mario, les ofreció empleo a ambos y decidieron mudarse para Acapulco.
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La señora Patricia García Nava hermana de José Juan, es quien actualmente tiene a sus sobrinos a su cargo y quien interpuso una denuncia penal por la desaparición de sus familiares, no obstante, a casi tres meses de los hechos las autoridades de la Fiscalía General del Estado, no dan avances de ello.
“Ellos estaban esperando en la Cima a que pasaran por ellos, y unas personas vieron que ellos se subieron a un automóvil color blanco. Ellos se subieron de manera normal al carro, para que mi hermano se hubiera subido a ese automóvil tuvo que haber conocido a quien conducía”.
Por si fuera poco, servidores públicos de la FGE del departamento de Desparecidos, han negado la atención de brindar una copia de la carpeta de investigación para que ella, pueda realizar los trámites y enviar a los hijos de su hermano a Estados Unidos como asilo político para protegerlos.
“Las autoridades solo me dicen que esta en proceso su búsqueda, he ido a Semefo a muchos lugares y no los he encontrado. Yo le pido a las personas que los tengan que por favor me lo regresen a casa”, pidió la hermana del señor desaparecido.
Él iba vestido con pantalón de mezclilla, playera blanca, gorra, botas negro con azul y ella también vestía un pantalón de mezclilla, playera blanca y gorra, y llevaban consigo sus mochilas de trabajo, con herramientas y todo lo que utilizaban para desempeñar su labor.
“De hecho ya habían hecho 5 techos en esa colonia la Quebradora, siempre trabajaban juntos, ella le ayuda a él, en la herrería o al pintar”, recordó la señora Pati.
Los teléfonos celulares de sus familiares estuvieron encendidos hasta el día 26 de febrero, es decir 5 días después de que se subieron a ese vehículo blanco donde se les vio por última vez.
Los menores de edad y su tía se han sumado a la Asociación Familias de Acapulco en Busca de sus Desaparecidos, con la esperanza y fe de obtener ayuda para localizar a sus padres y hermano, “tenemos fe de que van a aparecer”.