Las nuevas tecnologías de la información, la globalización social, las fiestas de otros países como el Halloween y muchos otros factores no han logrado mermar la fiesta del Día de Muertos que se celebra tradicionalmente el día dos de noviembre y que se presume tiene su origen en las culturas prehispánicas que se asentaron en nuestro país.
Literalmente nadie sabe ni puede asegurar la forma en que nació esta fiesta en la que se rinde culto a la muerte y se establece la creencia de que las personas muertas regresan en esencia para convivir con los vivos durante un día, degustar los alimentos y recordar lo que las personas fueron en su paso por este mundo terrenal.
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Y aunque existe evidencia antropológica de que las culturas prehispánicas realizaban esta fiesta de los muertos, la actividad que hoy conocemos se genera en una mezcla de las culturas con la religión católica, pues fue esta la que impuso las fechas de la fiesta asignando el día primero de noviembre a todos los santos, es decir los muertos chiquitos o las personas que murieron sin tener pecado.
El día dos se le asignó pro la religión a los fieles difuntos, de esta manera se generaron las fechas estratégicas para hacer la festividad, haciendo una mezcla del culto a las deidades y respetando parte de las tradiciones prehispánicas pero bajo los lineamientos de los conquistadores.
Hoy el culto a la muerte se mantiene casi intacto, las personas gastan mucho dinero en montar ofrendas para recibir a sus fieles difuntos.
Pueblos enteros se vuelcan a los panteones a visitar las tumbas de sus seres queridos, les llevan flores, música comida, veladoras, postres vinos y todo lo que en vida le haya gustado al difunto.
Panteón Central de Chilpancingo
En la ciudad de Chilpancingo como parte de esta fiesta al menos 10 mil personas visitaron el panteón Central de Chilpancingo, por ello fue necesario montar un despliegue de autoridades que incluyó la participación de policías, Protección Civil, Sector Salud, Bomberos, Gobernación y otras áreas de las instancias estatal y municipal.
Para la limpieza se rentan algunos jóvenes, que llevan agua hasta las tumbas y ayudan a los visitantes a colocar floreros, algunos improvisados con latas, y otros en mejores condiciones.
De acuerdo a lo que informó el administrador del panteón Central, Juan Carlos Justo García, entre lunes y martes se recibió la visita de unas 10 mil personas, a quienes se les pide utilizar en todo momento cubrebocas.
Elida Garzón, una de las visitantes, considera que los familiares muertos “sí sienten cuando uno los visita. Por eso le limpio su tumba a mi Juan, le pongo agua a su plantita y le traigo flores, para que sepa que no lo olvido”.
Dijo que es muy lamentable que haya quienes se olvidan de sus muertos, que no les visitan ni les llevan flores, “ahí es donde realmente mueren, cuando los olvidan”.