Educar y formar buenos estudiantes, es el compromiso de toda maestra, pero en un estado como Guerrero, es difícil cumplir con su propósito, debido a la falta de infraestructura escolar, un elevado índice de deserción, una alta marginación y pobreza, que se agrava con la imperante violencia.
En estos términos coincidieron maestras que han dado su vida a la noble profesión se enseñar, quienes tajantes precisan que en este Día del Maestro no hay nada que festejar, cuando no hay garantías para poder estar frente a grupo y tener una Reforma Educativa, que ha vulnerado sus derechos más elementales.
Isabel Agüero Ortega, maestra jubilada, dijo que, en los 32 años de servicio en las aulas escolares, le tocó una época en la que no existían estos niveles de inseguridad, podía viajar a las comunidades rurales y cumplir con su horario de clases en las escuelas, en donde la constante fueron las carencias.
Dijo que se siente satisfecha por haber logrado formar en los salones de clases a niñas y niños, que hoy son ya profesionistas, tarea que hizo con cariño y devoción, hasta que le tocó terminar con su servicio hace 14 años, pero no ha podido abandonar esta noble profesión y continúa participando en la defensa de sus derechos como jubilados.
La geografía de este municipio, es ruta que facilite el trasiego de la droga, por lo que la disputa entre grupos antagónicos ha obligado a las habitantes de las comunidades rurales a desplazarse, afectando la educación de los jóvenes, que se ven obligados a abandonar sus estudios.
Dijo que desde 1994, ha estado en el subsistema y aunque es doctora de profesión, hizo una maestría en educación, para impartir la enseñanza pedagógica, lapso en el que le ha tocado formar a excelentes profesionistas, aunque, admite que muchos han quedado en el camino y solo unos pocos llegan a titularse.
“Mi historia está plasmada de satisfacciones, pero también de algunos sin sabores, porque siguen existiendo carencias que nos impiden poder cumplir con nuestro deber de enseñar y, pluralizo, porque también mis compañeros sufren la misma situación”, dijo.
Mientras que la Guadalupe Arenas Palemonte, también catedrática del CECYTEG plantel 01 de San Agustín, del puerto de Acapulco, refiere que a pesar de las limitaciones puede decir que ha cumplido con su misión, porque ha logrado rescatar a jóvenes y jovencitas de las drogas y el alcoholismo, al formarlos como excelentes profesionistas.
Dentro de las adversidades, se ha alcanzado el propósito de fomentar el gusto por la danza y dar la oportunidad de desenvolverse, alejados de los malos hábitos, que lamentablemente se arraigan desde el hogar por la desintegración familiar.
Otro aspecto que viven todos los días, es la violencia, un problema que ha costado vidas y que ha fomentado la extorsión, por eso muchos maestros han pedido su cambio de adscripción, pero en su caso, a pesar de este gris panorama, sigue adelante con su deber de enseñar para forjar jóvenes emprendedores.
Por todo esto, en este Día del Maestro, no hay nada que festejar y sí de exigir a las autoridades que den las garantías para que puedan cumplir con su misión en las aulas, porque mientras siga este panorama, se seguirán perdiendo los valores y se truncara las oportunidades de un mejor bienestar de vida de las futuras generaciones.