La presencia de personas evidentemente drogadas que se dedican a limpiar parabrisas en el semáforo de la alameda de Chilpancingo se ha convertido en un constante riesgo para la población que por ahí transita, tanto para automovilistas como para peatones y principalmente para jóvenes que acuden a las preparatorias.
En la esquina que forman la avenida Juárez y la calle Nicolás Catalán, se ha convertido en un punto estratégico para quienes se dedican a conmiserarse ante las personas para pedirles unas monedas, ello porque el semáforo detiene a los autos y les genera el tiempo para acercarse.
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Lamentablemente la presencia de estas personas también ha generado un punto de consumo y venta de drogas y poco a poco se ha visto el deterioro de personas que ahí se encuentran de forma permanente y se han enloquecido.
Todos los días se puede ver a un joven que agrede a transeúntes y automovilistas les desea la muerte y en ocasiones los reta a que se enfrenten a golpes con él, a pesar de que los policías pasan todos los días por ese lugar nadie ha hecho nada para evitar que sigan agrediendo a la población y que se retiren de ahí al menos quienes andan drogados.
Cabe señalar que el reglamento de Tránsito vigente para el municipio de Chilpancingo en su artículo 159 establece prohibiciones pata los peatones entre estos se tiene que un peatón no puede invadir intempestivamente la zona de rodamiento, y tampoco “ningún peatón debe ofrecer productos o servicios a los ocupantes de los vehículos, ni practicar la mendicidad”.
Es decir que corresponde al Ayuntamiento de Chilpancingo a través de la subsecretaría de Tránsito y Vialidad y la propia Policía el garantizar que se respete este precepto establecido en la normativa municipal y retirar a quienes la están violentando más cuando la presencia de estas personas es además un peligro para las y los jóvenes que acuden a las preparatorias uno y nueve.
Se resalta que el tema no es nuevo para el gobierno municipal, de acuerdo con personas que viven cerca del sitio se sabe que han pedido la presencia en muchas ocasiones para retirar a drogadictos que viven en las calles y se la pasan drogadas.
Otro caso representativo se registra en el andador Zapata donde una persona conocido como El Orejas, vive en la calle y frecuentemente amanece con muchas cosas en un carrito de súper de las que no podría aclarar su procedencia. Este personaje en al menos tres ocasiones lo ha retirado la policía son sus cosas pero regresa.