Con la muerte del presbítero de la parroquia de Santo Entierro en el municipio de Xalpatlahuac, Mario Campos Hernández y un sacerdote en retiro en Tierra Caliente, suman 12 clérigos fallecidos en el estado de Guerrero como consecuencia de la pandemia de Covid-19; de estos cinco corresponden a la diócesis de Chilpancingo-Chilapa, cuatro a la de Acapulco, dos en Tierra Caliente y el recién fallecido que corresponde a la de Tlapa.
Además de que al menos otro tanto se ha contagiado y superado la enfermedad, entre ellos el obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Monseñor Salvador Rangel Mendoza, quien sufrió síntomas graves a consecuencia del coronavirus y tuvo que permanecer por más de una semana internado en una unidad de terapia intensiva en la ciudad de Cuernavaca Morelos.
Entre los fallecidos de la diócesis de Chilpancingo se cuentan los sacerdotes Ociel Bello Cuevas, Paulino Valladares Avilés, Marco Aurelio Gaona Aguirre, Ignacio Morales Pablo e Ignacio Muñiz González, recientemente de esta diócesis también falleció el presbítero Antonio Navarrete Rodríguez, sin embargo, en este caso la causa de muerte no fue el covid.
Correspondientes a la diócesis de Acapulco han perdido la vida los presbíteros Abelardo Aranda Echeverría, Erasto Juárez Julián, Andrés Bahena Álvarez, y Jorge Hernández Ramírez.
En la diócesis de Tierra Caliente, la vocería informó que dos sacerdotes en retiro, mayores a los 75 años, han perdido la vida como consecuencia del contagio del virus SARS-CoV-2.
El primero fue Ramón Esquivel Santos de 76 años y el segundo murió el miércoles Domingo Rogel Mendiola de más de 80, en su pueblo natal Tanganhuato perteneciente al municipio de Pungarabato. Los sacerdotes estaban jubilados y se informó que una decena se han enfermado y para recuperarse han estado en cuarentena.
Mientras de la diócesis de Tlapa únicamente se registra la pérdida del sacerdote Mario Campos Hernández, a quien además de su vida pastoral se le reconoce por su activismo social y en defensa de los derechos Humanos para los indígenas de la región de la montaña de Guerrero, a este sacerdote en su momento las autoridades lo vincularon con actividades subversivas que se realizaban bajo las siglas del ERPI o EPR, sin embargo nunca fue detenido o procesado por ese tipo de delitos que se hicieron públicos por documentos del Cisen.
El obispo de Chilpancingo Salvador Rangel Mendoza ya recuperado del padecimiento, declaró que seguiría con su labor pastoral a pesar del riesgo que representa tener un nuevo contagio, pues su labor es esencial para llevar apoyo espiritual a los feligreses católicos.
Hasta el momento las iglesias católicas se mantienen operando bajo estrictas medidas de sanidad, sólo permiten ingreso de hasta un 30 por ciento de la capacidad del inmueble y se les aplica gel a quienes los visitan además de que es obligatorio el uso de cubrebocas.
A los feligreses la comunión se entrega en las manos y no en la boca, para evitar la transmisión del virus durante la santa eucaristía, y como medida preventiva se anunció formalmente la cancelación de toda actividad masiva durante la celebración de la semana santa y la cuaresma que inicia el próximo miércoles 17, fecha en que se hará la imposición de ceniza, pero esta tendrá como modalidad no ponerse en la frente sino en la parte superior de la cabeza.