Familias que fueron damnificadas por las tormentas Ingrid Y Manuel en el año 2013 y reubicadas en el fraccionamiento "Nuevo Mirador", donde las viviendas presentaron daños estructurales que obligó a que se demolieran y reconstruyeran, denunciaron que nuevamente se hicieron con material de mala calidad que ha presentado fallas e irregularidades.
En el 2013 cientos de familias perdieron sus hogares por las lluvias que dejaron las tormentas que interactuando se estacionaron sobre territorio Guerrerense, por ello el gobierno federal que encabezaba Enrique Peña Nieto lanzó el programa Nuevo Guerrero que contempló la construcción de miles de viviendas en diversos municipios del estado también la reconstrucción de puentes, carreteras, escuelas y edificios públicos en los que se invertirían 80 mil millones de pesos.
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Lamentablemente para los damnificados las casas que les construyeron no fueron con la calidad necesaria, y pronto empezaron a tener problemas de agrietamientos, filtraciones de agua y deslizamiento de las construcciones.
Una década después de las tormentas en el año 2023, Andrés Manuel López Obrador anunció que se reconstruirían las casas ahora sin con la calidad que se merecen las familias afectadas, pero hoy están viendo que se hicieron nuevamente con materiales de mala calidad pues ya presentan fisuras y hundimientos.
Los vecinos, aseguraron que desde el inicio de este segundo proceso de construcción detectaron desperfectos en las edificaciones, sin embargo, afirmaron que sus observaciones no fueron atendidas por la empresa constructora encargada, la cual incluso ya se encuentra entregando algunas viviendas sin corregir los desperfectos.
Expresaron que por sus propios medios, consultaron a especialistas, quienes les entregaron un dictamen en dónde dice que los departamentos no cumplen con los estándares de calidad necesarios para poder ser habitados.
Los vecinos también denunciaron la falta de respuesta por parte del Gobierno Federal, a quien informaron de las irregularidades, pero ellos responsabilizaron directamente a la empresa constructora.
Los inconformes señalaron que son un total de 212 casas que fueron reconstruidas, de las cuales, 30 familias no las recibirán si las autoridades federales no revisan antes la calidad de estás y dan una solución.