Engalanar una fiesta con juegos pirotécnicos, que emiten sonidos estruendosos y luces de colores fue una idea y desarrollo que lograron en China, después Marcopolo se llevó esa tradición a Europa, con el paso del tiempo llegó a México y lamentablemente en este lugar la tradición se deformó y terminó en la desagradable tradición de hacer disparos al aire la noche de fin de año, tradición que todos los años genera desgracias por personas a las que les impactan las balas al caer.
De acuerdo con el Historiador y Artista Plástico, Ricardo Infante, los disparos al aíre no tiene ninguna razón de ser, ni un fundamento histórico o social que más que la deformación de la cultura China que fueron los primeros en elaborar los juegos pirotécnicos.
Registros periodísticos guardan evidencia de que casi todos los años la noche del 31 de diciembre se registran personas lesionadas por las balas que se disparan al aire pero al caer rompen techos, e impactan a las personas o animales.
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Cabe señalar que en nuestro país se han presentado iniciativas interesantes con las que se busca tipificar como delito el hacer disparos al aíre aún por persona que tengan permiso para portar un arma de fuego si no se tiene un motivo justificado para hacerlo que sería la legítima defensa y la protección de su patrimonio.
En al menos dos iniciativas que se han elaborado y al final no lograron la aprobación del pleno se establece que el hacer disparos al aíre en un delito contra la sociedad porque se rompe la armonía, la tranquilidad, se genera ruido y esto tiene que ser sancionado, con privación de la libertad de hasta seis años y multas económicas.
En algunos países árabes los disparos al aire se practican en ceremonias como bodas y otras festividades en señal de alegría, mientras que aquí en México se ha buscado establecer como el matar completamente al año viejo y recibir con júbilo al nuevo.
El historiador también criticó que los gobiernos sigan programando galas de pirotecnia, porque toda esta se elabora en pequeños talleres y todos los años tenemos lamentables noticias de que explotan causan dolor y muerte.
"Además yo soy un amante de los perros, tengo ocho y todos son rescatados de la calle, y la pirotecnia les genera mucho dolor, y malestar, por eso creo que los curas deberían llamar a no quemar más cohetes en las fiestas patronales y los gobiernos no seguir promoviendo pirotecnia".