Familias de desplazados de los municipios de Zitlala, Chilapa y Leonardo Bravo, anunciaron que el próximo domingo partirán en marcha hacia la ciudad de México, para instalar un plantón frente al palacio nacional, con la intención de ser escuchados directamente por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Acompañados por organismos civiles defensores de derechos humanos, los desplazados quienes pidieron guardar su anonimato indicaron que las familias no pueden regresar a sus comunidades porque tiene el riesgo de ser asesinados por grupos de la delincuencia organizada y paramilitares que controlan los territorios.
La marcha del próximo domingo partiría de la capital del estado Chilpancingo y dependerá de las posibilidades económicas el número de personas que vaya a la ciudad de México, pues es necesario calcular el gasto de transporte, de alimentación y todo lo que se requiera en este viaje.
Los desplazados que actualmente se encuentran en espacios del municipio de Copalillo y en la cabecera municipal de Leonardo Bravo (Chichihualco), indicaron que la postura que llevarán ante el presidente es que se intervenga de forma directa para desaparecer a todos los grupos de civiles armados que hacen las veces de policía comunitaria, debido a que la mayoría ha desviado el interés colectivo para servir a grupos delincuenciales.
La intención es que desaparezcan todas las policías y que el control del a seguridad lo tome el gobierno federal a través de las corporaciones oficiales, con ello permitir que las familias puedan regresar a sus espacios y en los lugares donde no sea prudente que los desplazados vuelvan a sus hogares se busque la alterativa de reubicación.
La salida de los grupos de desplazados será el domingo a las 10 de la mañana y se prevé que alrededor de las 6 de la tarde se instale el plantón en palacio nacional, con la idea de que AMLO pueda recibirlos antes o después de la conferencia matutina, de no ser así permanecerán en ese lugar hasta tener la audiencia.
De acuerdo a las previsiones, hasta el momento se calcula que podrían ser entre 300 y 500 las personas que se trasladen al palacio nacional.