El incendio forestal que devastó aproximadamente más de 60 hectáreas en el Parque Nacional El Veladero representa una catástrofe natural que tardará más de 20 años en recuperarse porque extinguió totalmente su vegetación y su fauna, de por si afectadas por el paso del huracán Otis.
Los ambientalistas Mónica Corazón Gordillo y Bernardo Salas Roldán, coincidieron que la conflagración provocada por uno de los invasores de esta reserva protegida, extinguió totalmente su vegetación endémica.
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Ambos lamentaron que ninguna autoridad de los tres órdenes de gobierno haya presentado algún tipo de proyecto de regeneración de las especies que se perdieron por el fuego, mucho menos cuenten con un estudio sobre la valoración de los daños.
Lo cierto es que la vegetación que era compuesta por encinos y selva mediana subcaducifolia, así como su fauna entre la que destacan aves canoras, serpientes como la boa Constrictor, iguanas negras, águilas pescadoras, escorpiones y cojolites o pavas moñudas, se perdieron.
El Parque Nacional El Veladero fue constituido el 17 de julio de 1980, con el objetivo de preservar su singular biodiversidad y su paisaje característico con sus 3 mil 617,41 hectáreas, que se encuentra en la parte alta de la bahía del puerto de Acapulco.
A partir de las laderas que dan forma al cerro El Veladero, es posible visualizar una amplia extensión territorial que comprende el municipio de Acapulco, Pie de la Cuesta, Laguna de Coyuca y, desde luego, la misma bahía.
Reserva natural ¿protegida?
Esta reserva natural “protegida”, se le conoce históricamente por ser el lugar donde acampaban las tropas del General José María Morelos y Pavón, durante la Guerra de Independencia de México, así como por sus áreas rupestres prehispánicas en 18 rocas de granito con grabados que describen la forma de vida y el entorno geográfico del lugar, que fue habitado hace siglos.
La ambientalista Mónica Corazón Gordillo, recordó que el Parque Nacional El Veladero, por su rica biodiversidad cuenta con decretos y leyes para su protección, pero en los hechos se trata de letra muerta y ninguna autoridad hace nada para impedir las invasiones.
El incendio forestal de este 29 de febrero, que se prolongó una semana y que se tuvo que hacer uso de un helicóptero de la Secretaría de Marina para verter agua sobre el fuego, fue provocado por invasores y lo lamentable es que no se hizo nada para actuar contra los responsables.
Denunció que tienen años pidiendo a las autoridades mayor energía en defensa de El Veladero, toda vez que enfrenta una serie de amenazas, incluyendo la deforestación, el cambio climático y la invasión de especies exóticas, pero el principal es la devastación para la construcción de viviendas.
Por su parte, Bernardo Salas Roldán criticó que la protección del Parque sea solo una vil simulación y que ahora que hubo la oportunidad de recorrer la zona del incendio forestal en la parte alta de la colonia Los Dragos, las autoridades pudieron darse cuenta de cómo avanza la invasión.
Invasión con casas de madera y cartón
Casas construidas de madera y cartón, predominan en una amplia área de la ladera, que, irónicamente, fueron afectados también por el incendio forestal y hasta el momento continúan en sus sitios, dando por un hecho que con el paso del tiempo ganen derechos y así sea imposible desalojarlos.
Estos desafíos subrayan la importancia de que se recuperen las zonas invadidas, de no hacerlo se estará heredando a las nuevas autoridades el de llevar los servicios públicos más indispensables como agua, drenaje y energía eléctrica, en zonas en donde por su accidentada topografía es imposible hacerlo.
Reprochó que no haya empatía para cumplir con el principal objetivo de la creación del parque que fue la conservación de la diversidad biológica de la región. El Veladero es un refugio para una gran cantidad de especies endémicas, muchas de las cuales están amenazadas o en peligro de extinción.
Aunque, en la parte siniestrada que es ya una catástrofe natural, será imposible en el corto plazo su restauración y de rescatar los ecosistemas degradados, mucho menos la reintroducción de especies en peligro de extinción y es poco probable que funcione la implementación de prácticas de gestión sostenible.
Sin embargo, si se duplican estos esfuerzos en la focalización en lo inmediato en lo que todavía es posible salvarse, para garantizar la viabilidad a largo plazo del parque, pero también con acciones que impidan que se continúe con nuevas invasiones de este pulmón natural del puerto de Acapulco.