Dejan los riscos por las calles

Clavadistas de La Quebrada buscan el sustento a través del comercio, reparto de mercancias, ayudantes de herreros, entre otros oficios.

Javier Tinoco Memije | El Sol de Acapulco

  · miércoles 1 de julio de 2020

Foto: Martín Gómez | El Sol de Acapulco

"Clavadistas profesionales de La Quebrada de Acapulco, dejaron de arriesgar su vida lanzándose desde 35 metros de altura en un escarpado risco, para hacerlo en las calles del puerto tratando de buscar el sustento de cada día a través del comercio, reparto de mercancías, de ayudante de herreros, entre otros oficios.

A principios del mes de abril del año en curso, después de la suspensión de actividades no esenciales en el estado de Guerrero, el turismo comenzó a decaer en este destino conocido como la Perla del Pacífico, obligando a los integrantes de la Asociación de Clavadistas Profesionales de La Quebrada a suspender sus shows por falta de espectadores.

Foto: Martín Gómez | El Sol de Acapulco

Desde entonces, los nativos que se lanzan de aquel acantilado ubicado en la zona Tradicional, dejaron de percibir las propinas del turismo, lo cual mermó su economía obligándolos a buscar otras fuentes de ingreso en plena pandemia.

Es el caso de Víctor Hugo Lezama Cruz, quien con 23 años de ejecutar clavados en el ícono de todo Guerrero, decidió salir a las calles a pesar de que el municipio en mención es el centro de los contagios en el estado, para comercializar equipo de protección personal ofreciendo servicio a domicilio.

Cargado con una bolsa que en su interior contiene caretas y gorras con protección facial, recorre las colonias señalizadas por la autoridad sanitaria como de mayor incidencia en casos de personas infectadas del nuevo Coronavirus, con tal de llevar unos pesos a su familia y compensar un poco la baja economía del sector turístico.

"Yo estuve dos meses encerrado en mi casa, hasta que se me presentó la oportunidad de invertir en estas gorras con careta y carreta solas, comencé ofrecerlas mis redes sociales con mis amigos y dio buen resultado, al principio vendía un promedio de 20 diarias, ahorita ya ha bajado porque muchos comercios informales ya las venden a muy bajos costos", indicó.

Foto: Martín Gómez | El Sol de Acapulco

Cubierto de todo el rostro con una mica que le brinda protección ante salpicaduras, Víctor Hugo Cruz es un ejemplo de valentía, pues aunque casi toda su vida ha estado impuesto a poner en riesgo su integridad física, también existe temor de quedar infectado con el Sars-CoV-2 e infectar a su familia, por lo que sigue un estricto protocolo de limpieza al llegar a su domicilio.

"Nosotros como clavadistas nunca habíamos pasado por algo similar; o bajo empleo cuando han pasado los huracanes, sismos o algunos problemas sociales en Acapulco, pero nunca algo que nos dejara sin trabajo ya por casi tres meses, por eso también hemos hecho clavados especiales que se transmiten a través de redes sociales para intentar recaudar fondos", agregó.

El joven porteño relató que el llamado virus de Wuhan le ha arrebatado la vida a amigos y vecinos, por lo que espera que pronto pase la pandemia para evitar que más personas se infecten.

Foto: Martín Gómez | El Sol de Acapulco

En la misma situación se encuentran varios de sus compañeros, quienes ahora se dedican al reparto de productos en servicios delibery, después de decidir sacarle provecho a sus motocicletas, mientras que otros se han empleado como ayudantes en la construcción, taxistas o hasta fabricando y distribuyendo repostería.

De acuerdo a representantes de la asociación, son alrededor de 60 los clavadistas activos, muchos de ellos ya tenían oficios distintos al deporte que practicaban antes de la pandemia y alternaban los dos empleos por que en Acapulco el turismo ha decaído en los últimos años y los ingresos económicos no son los mismos que en la época de oro.

Estos valientes que ponen en alto el nombre de Acapulco con cada salto, hoy están atravesando por la acrobacia más difícil, un duro bache que ha representado la pandemia del Covid-19 que seguramente podrán superar.

Foto: Martín Gómez | El Sol de Acapulco