Deja la caravana migrante para instalarse en Guerrero

Joven hondureño apoyado por una organización humanitaria, huye de la miseria, corrupción y violencia de su país

Abel Miranda Ayala/Corresponsal

  · lunes 5 de noviembre de 2018

Huyendo de la miseria, la corrupción y la violencia que se vive en su país, y luego de abandonar la caravana de migrantes que pretende llegar a Estados Unidos, el joven hondureño Jefferson Rodríguez llegó a Chilpancingo, Guerrero, donde apoyado por una organización humanitaria pretende establecerse en nuestra entidad y buscar una mejor opción de vida.

En los últimos días al menos 7 personas que han abandonado la caravana de migrantes han llegado a Guerrero, en el caso del joven de 21 años, apoyado por el centro de Derechos Humanos Minerva Bello y otros con sus propios recursos y pidiendo la solidaridad de los lugareños.

La caravana de migrantes inició el 13 de octubre en la ciudad de San Pedro Sula, Honduras, la intención es llegar a los Estados Unidos para buscar trabajo, sin embargo, si es inviable llegar hasta ese lugar, pedirían asilo político en México, en el que las condiciones de vida son mucho mejores que en su lugar de origen.

A esta caravana que inició con aproximadamente mil hondureños se han sumado una segunda caravana de otras mil personas, que partió de Esquipulas, Guatemala; y una tercera conformada por alrededor de 200 salvadoreños, este grupo de personas llegó hasta la frontera sur de México para ingresar de manera masiva al país y cruzarlo para llegar a Estados Unidos.

En la frontera sur se presentaron incidentes de violencia entre miembros de la caravana de migrantes y policías federales que resguardan el puente, ello derivó en que muchos de los inmigrantes se separaran y buscaran por su cuenta formas de establecerse o seguir el camino al norte.

Jefferson Rodríguez relató que en Honduras no tiene oportunidad de progresar, que el mayor grado de estudios al que aspiraría es a concluir la preparatoria, lo cual ya logró, por ello vino a México y busca un espacio en la Universidad Autónoma de Guerrero para continuar preparándose y lograr su sueño de concluir la carrera de leyes.

El hondureño comentó que apenas había cruzado la frontera conoció a un hombre bondadoso, José Filiberto Fernández Florencio, quien dirige el centro de ayuda a Víctimas de Violencia, Minerva Bello, él le ofreció ayuda acá en Guerrero y por eso se vino aquí buscando una oportunidad de progreso.