El obispo de la diócesis Chipancingo-Chilapa Salvador Rangel Mendoza, dijo estar de acuerdo en que en los hogares existan armas de fuego, para que los ciudadanos puedan disuadir a los delincuentes, sin embargo, consideró que es incorrecto atentar contra la vida de un ser humano.
“Creo que el derecho más grande e importante que tenemos es la vida, siempre he estado en contra de la pena de muerte pero viendo este problema de violencia a nivel nacional, aquí en Guerrero viendo que este 2019 los primeros seis meses han sido los más violentos, estoy de acuerdo que haya armas en las casas para disuadir a los delincuentes”.
Insistió en que el ciudadano ordinario tiene que poder defenderse y las armas deberían usarse sólo para inhibir la presencia de delincuentes.
Se le cuestionó si la presencia de armas en los hogares no implicaría un riesgo de que se incremente la violencia, “os riesgos siempre los vamos a tener, lo ideal sería que no hubiera estas leyes, que no hubiera armas, pero se sigue utilizando”.
Sobre el presunto toque de queda que a partir de este viernes se estaría estableciendo en el municipio de Apaxtla por parte de grupos delincuenciales que de facto gobiernan en esta región, el obispo indicó, “Desgraciadamente estos grupos armados han ido cobrando más prepotencia en las comunidades, desgraciadamente igual que en otros lugares veo el toque de queda como una debilidad gubernamental, dado que quienes tiene la obligación de defender a los ciudadanos son las instituciones”.
Insistió en que se trata de un vacío de poder y es cuando a los ciudadanos no les queda otra que agarrar medios como el toque de queda.
Llamó a que instituciones como la recién creada guardia nacional vaya a estos lugares a proteger a los indefensos, “La guardia nacional pudiera ir a los medios sensibles y no tanto que los ciudadanos se estén defendiendo sino que la Guardia Nacional pudiera defenderlos”
Finalmente dijo que además de Apaxtla también de Teloloapan se tiene una especie de toque de queda establecida por grupos delincuenciales, además del conflicto que generan los grupos de supuestos comunitarios, “No estaba de acuerdo que Teloloapan se fuera extendiendo ya pusieron otro puesto de control hacia Altamirano en Rancho Nuevo, este grupo conocido como La Tecampanera y pusieron otros dos uno en Xalostoc y Huecatenango, ellos se ponen y no hay autoridad que los mueva o los quite, Lo mismo los puestos que están hacia la sierra en Filo de Caballos, Campo de Aviación, La Laguna y que más que confianza van infundiendo inseguridad y miedo”.