En Chilpancingo para nadie es sorpresa acudir a una tienda de autoservicio y en la puerta encontrar una persona durmiendo enredado en cobijas, o entrar a un cajero automático y tener que utilizar el aparato mientras en un rincón una persona se resguarda del frío, la lluvia u otras inclemencias del tiempo,
Y es que resulta que en la ciudad capital del estado no existe un registro de personas en situación de calle, mucho menos un lugar en el que se les pueda ofrecer asilo, tratamiento, alimentación, apoyo o cualquier otra acción positiva para estas personas que deambulan en la capital.
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Algunos de los indigentes tienen nombre, son conocidos y se cuentan historias sobre ellos, como el caso de Mica, una mujer que se presume que en su juventud fue una estilista muy hermosa, pero una desavenencia amorosa le afectó sus facultades mentales y hoy en el abandono, vive en la calle siempre cargando unas enormes bolsas.
Pero también existen muchos indigentes que han aparecido como sacados de la nada, simplemente un día aparecen caminando cerca de la terminal de autobuses, luego en el centro de la ciudad, en el bulevar o en cualquier calle de la ciudad.
En otras partes del país como Puebla, Michoacán o la Ciudad de México, se tiene espacios destinados a este tipo de personas y se ha documentado que con apoyo integral, estas personas pueden ser reintegradas a la sociedad, en la que habían sido discriminados y marginados.
Estudiosos del tema explican que se tiene factores recurrentes que se han detectado en estas personas y en un centro de apoyo se les ayuda a salir adelante, ya que además de refugio, se les brinda comida, atención psicológica y psiquiátrica, asimismo se les ayuda a superar adicciones, también obtienen apoyo para obtener sus documentos y asistir a escuelas, con lo que personas reintegradas de la indigencia se han graduado en diversas licenciaturas.
En Chilpancingo ni el ayuntamiento ni el gobierno estatal tienen alguna instalación que ofrezca asilo, alimento o apoyo psicológico para quienes se encuentran en la indigencia.
En la ciudad habitan al menos una docena de hombres y mujeres que viven en la calle y a estos se les agrega un grupo de alcohólicos que se reúnen en la plaza cívica Primer Congreso de Anáhuac, y todo el día están pidiendo una moneda a los transeúntes para completar el gasto que genera una botella de alcohol del 96, o de “tapa roja”.
A este grupo se les conoce como "El Escuadrón de la Muerte" o "Los Boinas Rojas". De éstos, aunque muchos tiene familias, son personas que todo el día se encuentran borrachos y comparten muchas de las patologías que se han identificado entre los indigentes, como la invisibilidad social, es decir que aunque las personas sepan que son un grupo que tiene problemas psicológicos simplemente los ignoran y hacen como que no los ven.
Según la página especializada Psicología y Mente, “las principales causas de la indigencia se pueden dividir en dos grupos: personales y sociales. Si bien ambos están relacionados y en última instancia los determinantes son los sociales, mientras que los personales se relacionan con el riesgo de caer en la indigencia en términos estadísticos”, en los personales los determinantes neurobiológicos: propensión a psicopatologías y que éstas no sean tratadas adecuadamente, y también la ansiedad y niveles elevados de estrés en individuos sin redes de apoyo, las experiencias traumáticas, vivencias de la niñez, abuso sexual o físico, conflictos o violencia intrafamiliar, abuso de sustancias, aumentan el riesgo de caer en esta situación.
Mientras que las Sociales son la exclusión social por pertenecer a algún grupo minoritario, vulnerable, o discriminado por raza, religión o preferencias, vivir con bajos ingresos, la inestabilidad, y la mala planeación familiar a causa de la escasez de recursos.