Gabriel Gatica (33 años) es un músico que tiene que salir a las calles de Chilpancingo para promocionarse y ganar un dinero extra para la manutención de su familia, en una ciudad en la que no se valora tanto a los artistas y el trabajo que realizan es mal pagado.
A los 17 años, sus gustos por el rock y Mago de Oz, lo llevaron a inscribirse en una escuela de música de Chilpancingo, de la que años más tarde sería expulsado por una cuestión injustificada y en la que se identifican tipos de discriminación por llevar el cabello largo.
La inestabilidad económica de un músico lo llevaron más tarde a trabajar en el área de ventas de dos empresas de refrescos. En esa etapa, un accidente en su motocicleta, en el que su brazo izquierdo resultó severamente dañado, lo orilló a dejar de trabajar y buscar nuevas rutas.
“La música nunca me ha abandonado”, dice entre risas, mientras señala el punto exacto en su brazo izquierdo en el que le fue colocado una placa tras el accidente que sufrió. En ese mismo brazo sostiene su violín color marrón.
Actualmente es maestro en la escuela de música José Campos Sevilla, también participa en el Conjunto de Cuerdas de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro) desde hace 6 años.
Ya con las vacaciones de verano en puerta, Gabriel opta por salir al zócalo de la ciudad para repartir tarjetas de presentación, al mismo tiempo que acompaña algunas canciones con su violín.
Ahí en ese lugar, menciona que el arte no está muerto al cien por ciento y dice que solo falta que las autoridades fomenten más las artes, pone como ejemplo la lucha que ha llevado la escuela donde actualmente trabaja, que constantemente ha solicitado presupuesto para mejorar sus instalaciones, sin que hasta el momento alguien los voltee a ver.
En algún momento de su juventud, Gabriel intentó ingresar a un conservatorio de música en el Estado de México pero no pudo permitirse pagarse los estudios, ahora pide a los jóvenes que quieren dedicarse a la música, que no desisten de sus sueños.
Las personas pasan cerca de él, a las afueras de las sucursales bancarias del centro y una que otra se detiene a dejarle una moneda dentro del estuche de su instrumento musical, mientras que otros más pasan de largo.
Otros más adoptaron gestos de inconformidad por las notas musicales que salen de una bocina inalámbrica, mientras de fondo está la canción Perfecta, que se hizo popular la banda argentina de pop Miranda!.