Guardias civiles del poblado de Buenavista de la Salud, en Chilpancingo, que se adhirieron a la Policía Comunitaria de la CRAC, sostuvieron que la defensa de sus comunidades contra un grupo criminal fue lo que motivó la alianza.
Este grupo civil se levantó hace 10 años, contra los casos de violencia en la región y en ese momento bajo las siglas de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG).
En ese tiempo, el grupo criminal que opera en esa zona de Chilapa, y en partes del corredor que va de Chilpancingo a Acapulco, comenzó a agredir a esta guardia civil y a la par fue debilitando el sistema de seguridad de la UPOEG, señaló el comandante en turno, quien pidió el anonimato.
En esa década, se han registrado más de 15 ataques y ha habido casi una veintena de asesinatos, los últimos registrados en enero de 2021.
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Señaló que en este tiempo, han recibido también la embestida del gobierno estatal, quien los ha desarmado en tres ocasiones y que los ha perseguido constantemente.
Estos “golpes”, como le llaman ellos que les han propinado las autoridades de Guerrero, han provocado que su defensa se debilite, lo que ha sido aprovechado por los criminales.
Tras esa decisión de sumarse a la CRAC, con sede en Alcozacan en el municipio de Chilapa, no ha habido reacciones de la UPOEG, y que todo se dio en forma transparente, señaló el ahora comandante.
“Tenemos con la CRAC el mismo enemigo”, precisó el guardia, quien llamó a los pueblos de este corredor que va a Acapulco, a sumarse a la defensa contra los grupos criminales.
En un recorrido realizado este viernes por la base de seguridad de este grupo de civiles, se observó que estos ya portaban nuevas playeras ahora de la CRAC, y que se habían pintado con nuevos colores la base de vigilancia.