Una simple colilla de cigarro que no tiene un destino final correcto puede contaminar hasta 50 litros de agua dulce o 10 de agua salada, esto por los agentes químicos que libera y los años que tarda en degradarse, por ello el programa de Sustentabilidad Ecológica de la UAGro y estudiantes de la preparatoria número uno, organizaron una acción para recolectar las colillas de cigarro y en dos meses juntaron más de 700 mil piezas.
Las colillas de cigarro son las que consumieron los propios estudiantes en sus horas fuera de clase porque dentro del plantel no se permite fumar, estas se pusieron en botellas de refresco de 600 mililitros y serán enviadas a una empresa para que de manera ecológica las recicle y convierta en una pasta que sirve para hacer macetas, cuadernos y bisutería.
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De acuerdo con la responsable del programa UAGro Verde, María Guadalupe Díaz Salazar, una colilla de cigarro tarda entre 5 y 10 años en degradarse y liberan diversos compuestos tóxicos como arsénico, nicotina, hidrocarburos aromáticos policíclicos, alquitrán, metales pesados, entre otros. La contaminación puede dañar mantos freáticos en los que una sola colilla puede contaminar 50 litros de agua dulce.
"Nos preocupa mucho la salud de las personas y por eso siempre recomendamos no fumar, pero para quienes lo hacen les pedimos que sean responsables en la disposición final de sus colillas, porque no hacerlo perjudica a ellos mismos y a todas las personas, a los animales y en general al medio ambiente.
La colecta de colillas para el reciclaje fue la primera vez que se organiza en la preparatoria número uno y el resultado fue que en dos semanas desde que se emitió la convocatoria los jóvenes juntaron 700 mil colillas de cigarro, esto nos puede dar un parámetro de la cantidad de cigarros que se consumen en la capital del Estado.
Las colillas serán enviadas a la empresa Ecofilter en el que se utiliza una bio tecnología a través de hongos que degradan las colillas y las convierten en material reutilizable desde su materia prima que se utiliza para producir papel, cartón y recubrimientos metálicos anticorrosivos. El proceso es considerado eficiente y de bajo costo; elimina 100 por ciento de tóxicos.
