Vigas de acero construidas en los Estados Unidos en el año de 1889, para servir como vías de ferrocarril, se utilizaron en Chilpancingo para sostener la red de energía eléctrica que alumbró la capital, aunque no existe una referencia precisa de la colocación de estos postes, se presume que fueron instalados en la década de 1970 como parte del proyecto de electrificación de la ciudad.
En el centro de Chilpancingo aún prevalecen al menos tres de estas vigas de acero aunque actualmente ninguna sostiene cables de electricidad, la primera en mencionar la localizamos en la calle Cinco de Mayo, en contra esquina del edificio de teléfonos de México, esta estructura se encuentra completamente desocupada, y ha perdido parte de su verticalidad, pero aún es muy sólida.
Otro pedazo de vida de tren se ubica en la calle Niños Héroes casi en la esquina con la calle Altamirano, en este caso la estructura metálica es utilizada para sostener cableado telefónico que se amarra en él poste para luego llevarlo a los domicilios.
Lee también: Tumbas de más de un siglo, obras de arte que se pierden
Finalmente el poste mejor conservado se localiza en la calle Abasolo justo atrás del museo regional de Guerrero, en este además de las vigas de acero, en su parte alta aún se tiene dos vigas de madera sobre la que se asientan cuatro aisladores de vidrios que en su momento se utilizó para que los cables de energía eléctrica no chocarán entre sí.
De acuerdo con el Historiador Jaime Salazar Adame en el libro Historia de Chilpancingo, el proceso de electrificación en Chilpancingo fue muy complicado y se inició desde el año 1890, cuando se empezó con la colocación de luminarias que funcionarían con energía eléctrica, misma que se proporcionaría mediante una máquina de vapor, que sólo duró nueve meses en óptimas condiciones y después de ello se tuvo que regresar a la iluminación con faroles de petróleo.
Tres años después y luego de muchas fallas en el sistema de la máquina de vapor se invirtió en la construcción de una máquina hidráulica, que operaba al caer el agua movía el dínamo eléctrico, sin embargo ésta también presentaba muchas fallas por la falta de carbones que eran difíciles de conseguir.
En 1895 llegó a Chilpancingo una nueva máquina de vapor pero ante las fallas que presentaba y la falta de personal calificado para repararla, en 1899 se invirtió en más faroles de petróleo y gas.
La enciclopedia Guerrerense refiere que entres los sucesos importantes registrados en el año de 1978, se puso en operación el Parque Zoológico Zoochilpan, asimismo se concluyó la construcción de El Ágora (hoy Teatro María Luisa Ocampo) y fue inaugurada la Escuela Normal de Educación Preescolar Adolfo Viguri Viguri. Un año después se construyó el Albergue Tutelar para Menores Infractores, así como la red de distribución de energía eléctrica, y se comenzó la construcción del nuevo mercado que se terminó hasta 1980.
De tal forma que en estos libros no hay una referencia a la utilización de las vías de tres como postes para el cableado eléctrico, sin embargo deducimos que se habrían colocado en la red eléctrica de la década de 1970, cuando el sistema de energía ya se había vuelto estable y serían los postes que alumbraron la capital.
Cuestionado sobre estos postes, el Historiador Ricardo Infante indicó que fue una práctica común de la Comisión Federal de Electricidad el siglo pasado utilizar este material para sostener los cables de energía eléctrica, pero indicó no saber la historia de los que están aquí en Chilpancingo.
Un dato interesante es que en Chilpancingo nunca hubo vías de tren a pesar de que algunos mapas del siglo pasado nos colocan como una ciudad conectada por el ferrocarril que sólo llegó a Iguala, pues hubo trabajos de la vía que llegaría hasta el puerto de Acapulco, sin embargo la caída del gobierno de Porfirio Díaz detuvo todo ese trabajo, de tal manera que no hay algún referente de donde llegaron esas vías a esta ciudad