En el olvido quedaron las casas de adobe o madera que hace algunas décadas abundaban en la cabecera del municipio de Leonardo Bravo, hoy la mayoría son construcciones de concreto de dos o más pisos, con acabados finos y muchas de ellas abandonadas, pues los propietarios se encuentran en los Estados Unidos y de allá enviaron dinero para comprarlas, construirlas o remodelarlas.
De acuerdo con el banco de México, Guerrero es la séptima entidad con mayor captación de remesas provenientes de los migrantes que radican en Estados Unidos, y en el año 2022 la cifra de dinero que llegó a la entidad fue de dos mil 955 millones de dólares.
Aunque la migración tiene una mayor visibilidad en las zonas de la Montaña, Norte y Tierra Caliente, en Chichihualco que se encuentra en el centro del estado se ha hecho una tradición que los jóvenes vayan al país del norte a buscar suerte.
Margarita relató que para ellos el fenómeno no es nuevo, que desde niña creció en su casa con su madre esperando el dinero que enviaba su papá desde los Estados Unidos, con ello se pagaba la alimentación, de su mamá y sus tres hermanos, también alcanzó para iniciar la construcción de la casa.
Apenas tuvieron edad para trabajar, sus hermanos Ernesto María y Servando también partieron del terruño a buscar oportunidades, se asentaron en Chicago y regularmente mandaron dinero para que la casa familiar se terminara de construir, uno de ellos también mandó para que le compraran un terreno y se empezara a construir la casa que hoy está abandonada pero espera pronto poder venir a ocuparla.
“El tiene 27 años viviendo en Estados Unidos, allá se casó y espera poder jubilarse para regresar a Chichihualco a pasar su vejez, así le han hecho muchos, entre ellos mi papá”.
De acuerdo con el cálculo de Margarita alrededor del 70 pro ciento de los hombres de Chichihualco han migrado para los estados Unidos y cuando una persona se va es notorio el cambio de vida, “hace dos años se fue un primo, tres meses después estaban empezando a pagar deudas, su hijita la traen con ropita nueva, y ya están construyendo una casa de material”.
Industria del balón en riesgo
La migración de los hombres de Chichihualco incluso mantiene en riesgo la industria de fabricación de balones que le dio fama a este pueblo pues hoy se les dificulta conseguir mano de obra y los propietarios de las fábricas han tenido que salir del pueblo a buscar trabajadores, así que ahora los balones se elaboran en el reclusorio de Chilpancingo, y en pueblos como Hutziltepec.
La industria del balón que floreció entre las décadas del 1960 y 1970, llegó a producir más de 60 mil balones mensuales, y se contaba con 70 talleres, hoy las cifras indican que sólo quedan 15 talleres y la producción apenas llega a 15 mil pelotas mensuales.