En el centro de la cancha de Ayotzinapa 43 butacas siguen formadas, sobre ellas las fotos de los estudiantes que fueron desaparecidos en Iguala y dos enormes esculturas de tortuga se convierten en una especie de guardianes de ese espacio en ese lugar pareciera que el tiempo se detuvo en el 2014 cuando inició la lucha para reclamar verdad y justicia.
El 26 de septiembre del 2014 estudiantes de la normal de Ayotzinapa acudieron a Chilpancingo para apoderarse de camiones de pasajeros que serían utilizados para llevar gente a la ciudad de México a la marcha del dos de octubre, en la terminal de camiones la policía los interceptó y les impidió llevarse las unidades.
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La mayoría de los estudiantes que vinieron a Chilpancingo formaban parte de la academia de primer grado, los llamados “Pelones” porque es tradición que todo nuevo estudiante sea rapado, además participar en estas actividades es parte de su instrucción y las pruebas que tiene que ir superando en la normal.
Tras la confrontación con los policías los estudiantes enfilaron hacia la ciudad de Iguala y allá se apoderaron de camiones en la terminal de la Estrella de Oro, después de eso empezó la noche de terror, y las muy diversas teorías que se tienen respecto a que pasó realmente en Iguala.
Una de las versiones señala que el camión que secuestraron en la terminal contenía un cargamento de droga perteneciente al grupo delictivo conocido como Guerreros Unidos, otra versión estiló que el alcalde José Luis Abarca, les pidió a los miembros de ese grupo delincuencial detener a los jóvenes porque echarían a perder el informe de gobierno que su esposa estaba presentando en esa ciudad.
Asimismo se ha presumido que los mandos del grupo delictivo confundió a los estudiantes con integrantes del grupo Los Rojos y se pensó que acudían a tomar la plaza, hasta el momento ninguna de estas teorías tiene un verdadero sustento y los 43 estudiantes siguen desaparecidos.
Las víctimas de esa noche además de los 43 desaparecidos fueron otros tres jóvenes que perdieron la vida a manos de los delincuentes y uno más que fue lesionado con un balazo en la cabeza y quedó en estado vegetativo, actualmente se mantiene en la ciudad de Ayutla de donde es originario en una casa que le acondicionó el gobierno para atenderlo, pero no tiene ninguna posibilidad de despertar porque la bala destruyó el 65 pro ciento de su cerebro.
De los 43 desaparecidos tres han sido identificados en restos que se han extraído de fosas clandestinas, el primero fue Alexander Mora Venancio, quien se confirmó coincidencia de ADN con restos que el gobierno entregó a la Universidad de Innsbruck y que formaban parte de la llamada verdad histórica con lo que se presumía que tras quemar a los estudiantes en el basurero de Cocula se tiraron los restos en el río de San Juan y de ahí los habría recuperado la Marina, pero la versión del incendio fue desechada y no hay certeza de cómo se recuperaron esos restos.
La misma universidad confirmó la identificación de restos de Christian Alfonso Rodríguez Telumbre, en restos obtenidos en una fosa, también se tuvo la identificación de Jhosivani Guerrero de la Cruz, quien inicialmente se había sólo logrado una prueba de ADN Mitocondrial pero después se logró la identificación plena.
En el ámbito legal los padres de los 43 apoyados por el Grupo de Expertos Internacionales, lograron desechar la llamada “Verdad Histórica” que en su momento la PGR trató de establecer como una realidad y con ella cerrar el caso argumentando que los estudiantes fueron calcinados hasta desaparecer.
Con el paso de los años y las investigaciones se ha logrado establecer la participación de policías y autoridades en la desaparición a pesar de ello no se ha logrado establecer con claridad el paradero de los jóvenes, tampoco se ha localizado el llamado quinto autobús que es el que se supone contenía el cargamento del grupo delictivo.
A 10 años del movimiento en ciudades como Chilpancingo, Iguala y la Ciudad de México se ha normalizado el movimiento y ya no sorprende que destruyan oficinas de gobierno, que quemen vehículos, exploten la caseta de peaje de la Autopista y lo seguirán haciendo en tanto no se logre tener la Verdad y Justicia que reclaman.