Una decena de detenidos de la UPOEG e igual número de armas decomisadas, lograron las fuerzas de seguridad tras dos enfrentamientos entre grupos de civiles armados, uno de los cuales, bloqueó por más de cuatro horas con autos calcinados, taxis colectivos y mototaxis la carretera federal Acapulco-México, a la altura del poblado de Xaltianguis.
Integrantes del Sistema de Seguridad de Xaltianguis (SSX), transportistas y pobladores, obstruyeron la carretera en dos puntos de la citada población, ubicada a más de 40 kilómetros de la zona turística de Acapulco, luego de un primer altercado a balazos con miembros de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG).
Desde la madrugada del lunes, la citada arteria vial fue obstruida en sus dos sentidos con automóviles que previamente habían sido incendiados, por lo que la circulación se vio interrumpida hasta que cerca de las 10:00 de la mañana en que elementos de la PIM y Policía Estatal quitaron los obstáculos.
El coordinador general del Sistema de Seguridad de Xaltianguis (SSX), Daniel Adame Pompa, informó que la 1:00 de la madrugada presuntos integrantes de la UPOEG, intentaron ingresar al pueblo, situación que fue evitada repeliendo una agresión, aunque reconoció que en ningún momento lograron tener contacto visual entre ellos.
El dirigente aseguró que ante ello los pobladores e integrantes del Sistema decidieron bloquear de manera intermitente la carretera, con la finalidad de exigir la presencia de las autoridades de seguridad, movimiento que se mantuvo hasta las 10:00 horas cuando la Fiscalía General del Estado hizo presencia para iniciar una carpeta de investigación.
A la zona se trasladaron elementos de distintas corporaciones policíacas por tierra y por aire, quienes mantuvieron un dispositivo de seguridad en la zona, donde a raíz de los enfrentamientos se suspendieron clases una vez más en por lo menos una decena de planteles educativos de distintos niveles, y algunos comercios no abrieron sus cortinas. Un helicóptero de seguridad pública sobrevoló la zona.
Los civiles que portaban armas de uso exclusivo del ejército y fuerzas armadas, chalecos balísticos, cubiertos del rostro, con playeras negras con las siglas SSX y gorras camufladas, se colocaron en el bloqueo y metros adelante, se encontraban las autoridades que llegaron al lugar para restablecer el orden en la zona.
Cerca del mediodía, los pobladores e integrantes de este grupo de civiles armados, retiraron los taxis, así como moto taxis con los que obstruyeron por varias horas la circulación vehicular en esta área rural del puerto.
Por la tarde, cerca de las 15:00 horas, se reportó un segundo enfrentamiento, y más tarde autoridades que se trasladaron al lugar para reforzar el operativo de vigilancia tanto de Acapulco como de Chilpancingo a la zona de Xaltianguis, y confirmaron la detención de una decena de personas a quienes se les incautaron armas largas, un AR-15 y el resto escopetas, y aunque no precisaron el grupo al que pertenecían estos asegurados, se conoció que eran de la UPOEG.
Se informó que se mantendrá la presencia de las fuerzas de seguridad de los tres órdenes de gobierno en la zona ante estos enfrentamientos entre ambos grupos de civiles armados, “uno denominado Upoeg y otro grupo armado conocido como Los Dumbos”, sin que se confirmaran personas privadas de la vida ni lesionadas
El pasado 3 de abril del 2019, un presunto coche bomba estalló cerca de la casa de justicia en el poblado de Xaltianguis donde se ubican los Policías Ciudadanos de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), encabezados por el comandante regional, Ernesto Gallardo Grande. De este supuesto atentado, no se reportaron personas lesionadas, pero sí, momentos de temor de los pobladores.
El 8 de mayo, cuatro policías ciudadanos de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), murieron tras un enfrentamiento con integrantes del Frente Unido de Policías Comunitarias del Estado de Guerrero.
En esta zona del puerto de Acapulco, han sido constantes los enfrentamientos entre presuntos grupos de autodefensa e incluso, el propio gobernador Héctor Astudillo Flores dijo el pasado 5 de abril, después del bombazo en Xaltianguis que “se llevan pesado”.