CHILPANCINGO, Gro.- El Obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, manifestó que es su interés seguir dialogando con líderes de la delincuencia organizada para buscar un acuerdo que permita pacificar la zona de la sierra, donde actualmente los pobladores viven en zozobra o desplazados por la presencia de un grupo de civiles armados que se dicen policías comunitarios.
El religioso acudió a visitar a los más de mil 600 desplazados que se encuentran albergados en la cabecera municipal de Chichihualco, y reveló que pidió a los nueve sacerdotes de la región no abandonar a los pobladores.
A los desplazados les aseguró que no están solos, que tanto el gobierno del estado, como el municipal y los 10 sacerdotes de la diócesis que se encuentran asignados a esta zona, están trabajando para generar condiciones que permita el regreso a sus hogares.
El obispo reiteró lo que ha declarado en los últimos meses, en el sentido de que ha estado dialogando con líderes de grupos delincuenciales para establecer la paz, sin embargo, no puede establecer la comunicación con todos a la vez.
Relató que hace algunas semanas dialogó con uno de esos líderes de la delincuencia en Filo de Caballos y él le comentó que debido a que la amapola cayó en su precio, en este momento es incosteable su producción, por ello sugirió que el gobierno implementara estrategias para capacitar a los sierreños en la siembra de flores y se buscara la forma de abrirles mercados.
También pidieron que se busquen opciones para industrializar y comercializar el mezcal que se produce en fábricas actualmente artesanales en comunidades como Vinatas, sin embargo, las propuestas no han sido recogidas por el gobierno y por ello los lugareños siguen dependiendo del cultivo de la amapola, pese a que se trata de un cultivo prohibido.
Rangel Mendoza señaló que antes de este conflicto se habían logrado acuerdos que garantizaban que los de Filo de Caballos no asaltarían a las unidades de transporte público, que permitirían el libre tránsito para los habitantes de Tlacotepec y en general se tendría una zona en paz, lo que venía ocurriendo hasta que irrumpió este grupo de civiles armados que se dicen policías comunitarios.