Horas de tensión se vivieron en la sede de la sección 36 del Sindicato de Trabajadores de la secretaría de Salud, donde este día coincidieron porras de tres aspirantes a dirigir esta organización gremial, que durante horas esperaron respuesta de las solicitudes de registro mientras se gritaban porras y consignas.
La primera en aparecer en la escena fue la actual dirigente, Beatriz Vélez, quien busca reelegirse para un quinto periodo, ella concentró a su gente en las inmediaciones del jacarandas y desde allá marcharon hasta la oficina sindical en a un costado de la alameda.
De los candidatos Beatriz Vélez fue la única que dispuso un aparato de sonido que se montó en un camión de plataforma y con él bloquearon la avenida Álvarez durante más de tres horas, lo que desquició la vialidad en gran parte de la ciudad.
Posteriormente se presentó la solicitud de registro del médico Francisco Rodríguez Adame, quien se postuló como planilla blanca, y fue el primero en obtener la hoja de registro formal de su candidatura para la elección que se realizará el próximo primero de abril.
La tensión subió cuando se presentó a solicitar registro el médico Hilario Zúñiga Escamilla, quien con un grupo de sus seguidores demandaba que le permitieran pasar a la sede sindical para no estar en el sol ni bloqueando la calle, sin embargo representantes del comité nacional del sindicato les negaron el acceso para mantener aislado el proceso de registro.
Los seguidores de Zúñiga estuvieron golpeando la puerta de manera insistente y el ruedo que se produjo ocasionó rumor de que se estaban enfrentando con la porra de Bety Vélez.
La tensión volvió a subir cuando la comisión salió para informarles que su planilla estaba incompleta y tendrían que completarla antes de la una de la tarde que era la hora marcada para el cierre de registro, entonces los acompañantes empezaron a anunciar que entrarían por la fuera a las oficinas, "hay que traer una máquina y que tumbe la puerta" propuso una de las que portaban playeras Guinda.
Al final los tres aspirantes recibieron su hoja de registro y con ello se relajó la tensión, pues una vez que tenían sus documentos los grupos se fueron dispersando.