Pobladores de la comunidad de Azinyahualco, perteneciente al municipio de Chilpancingo, continúan con la esperanza del “Nuevo Guerrero”, un proyecto para reubicar a unas 100 familias que resultaron damnificadas por los fenómenos hidrometeorológicos de Ingrid y Manuel, suscitados en septiembre de 2013.
Según los pobladores, un dictamen de la Secretaría de Protección Civil urgía a las autoridades a reubicar a las familias en una zona segura, ante el riesgo de que la comunidad pudiera desgajarse junto con el cerro sobre la que está asentada.
El Plan Nuevo Guerrero se puso en marcha en la entidad en enero de 2014, después de las contingencias generadas por dichos huracanes, que dejaron a Guerrero como una de las entidades con mayor número de afectaciones.
Este proyecto incluyó principalmente la inversión en infraestructura, para atender a damnificados ante los severos daños causados por los huracanes.
En el caso de Azinyahualco, durante esa contingencia todos los habitantes tuvieron que abandonar su comunidad ante el riesgo de que su comunidad quedará sepultada, y en su mayoría caminaron hasta el poblado de El Ocotito, ubicado a hora y media de distancia en vehículo.
Para atender a las más de 100 familias damnificadas, el gobierno federal les construyó viviendas y escuelas en la comunidad de Zoyatepec, que se encuentra a una media hora de su localidad.
Se trata de 93 viviendas las que se fabricaron, más una escuela para preescolar y otra más para escuela primaria, sin embargo, los damnificados nunca recibieron oficialmente las viviendas, y a la fecha, estas se encuentran abandonadas.
No cuentan con agua potable, drenaje, alcantarillado, energía eléctrica, ni calles, y solo así se hizo una entrega simbólica.
A partir de 2015, fecha en que entregaron las primeras viviendas, los pobladores comenzaron a exigir que se equiparan con los servicios públicos básicos.
A la fecha, las casas conformadas por dos recamaras, una salida y un baño, lucen deterioradas a causa de la humedad, las puertas ni siquiera pueden abrirse porque los marcos de estas se han deformado.
A otras les robaron las láminas, los tinacos de agua, chapas, e incluso focos, todo la colonia luce abandonada, y sus dueños, quienes tampoco cuentan con escrituras para determinar qué son sus patrimonios van de vez en cuando a realizar limpieza.
Bernabé Torres, uno de los afectados, demanda a las autoridades a que rehabiliten el “nuevo Azinyahualco” como le llaman, y que entreguen escrituras de las viviendas ante la incertidumbre jurídica con la que viven.
Como Bernabé, muchos de los habitantes piensa utilizar esas viviendas como un refugio temporal, en caso de presentarse una situación como la ocurrida hace 9 años, donde tuvieron que abandonar su patrimonio para salir con las manos vacías.