La activista y defensora de los derechos de las indígenas reconocida por las Organización de las Naciones Unidas (ONU), Tarcila Rivera Zea, pidió a las autoridades de gobierno, atacar cada una de las causas que han generado el incremento de los asesinatos de las mujeres, las violaciones de niñas y niños, y la violencia de género.
En entrevista con reporteros minutos después de haber concluido un encuentro con mujeres acapulqueñas y funcionarias en la sala de cabildo del ayuntamiento del parque papagayo, Tarcila Rivera Zea, dijo que hay impunidad en los mecanismos de los estados para ejercer justicia contra quienes cometen algún tipo de abuso o agresión contra las mujeres, sobre todo con las indígenas, las cuales no son visibles para las autoridades en las estadísticas y en los programas de defensa de sus derechos.
“No podemos seguir permitiendo que, en los diarios, sean las notas los feminicidios, violencia, pero lo que más está afectando es que en los noticieros cada día se diga que hay mujeres que mueren que desaparecen y luego aparecen descuartizadas y quemadas, por la misma pareja, y que o sepamos que existan autoridades que estén haciendo esfuerzos para erradicar el problema, o por lo menos esclarecer y ubicar a los culpables”, precisó la activista de origen peruano.
Rivera Zea, dijo que el problema de la violencia contra las mujeres, debe de verse como un caso de salud pública a nivel mundial, porque atenta contra la vida de todo el mundo, por lo que recalcó que se debe de ir a las causas que lo generan, que deterioros estamos teniendo como sociedad, por la pobreza externa, por racismo y por exclusiones, y las autoridades, tienen la obligación de responder a las exigencias de este sector de la sociedad.
Durante el encuentro en la sala de cabildos denominado “por la igualdad de mujeres y hombres”, en la que estuvo la presidenta Adela Román Ocampo, y la titular de Sedesol Milly Janeth Ramírez Olmedo, la directora de grupos étnicos Magdalena Valtierra y la presidenta del DIF, Adriana Román Ocampo, la activista aseguró que la mayoría de las mujeres que han sido asesinadas, desaparecidas y agredidas, son de zonas populares y de extracción indígenas que siguen siendo invisibles en las estadísticas de violencia.
