La violencia y el huracán Otis generaron el éxodo de familias del municipio de Coyuca de Benítez que se encuentran en alta vulnerabilidad, amenazadas por los grupos delincuenciales y sin apoyo de las instancias gubernamentales.
El 23 de octubre fueron asesinados 13 policías, entre ellos el director de Seguridad Pública, hoy sus familiares desde otras entidades de la República han revelado que el ataque no fue fortuito, que los elementos habían sido amenazados antes por el grupo delictivo que controla la región y las autoridades no hicieron nada para protegerlos.
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Entre las cosas que se revelaron, es que el día del atentado inicialmente cuatro policías fueron desarmados, les quitaron la patrulla y los obligaron a pedir apoyo a sus mandos, después los hincaron y los asesinaron al propinarles el tiro de gracia. En el apoyo se trasladaron 9 elementos, incluido el director de Seguridad Pública quienes fueron recibidos a balazos y los masacraron.
Los familiares expresaron que las amenazas las revivieron varias ocasiones por emisarios del grupo delictivo que dirige Salvador (Chava) Granados, quienes pretendieron obligar a los policías a convertirse en parte de la agrupación delictiva y al encontrar negativa, asesinaron a todos los elementos.
Al día siguiente de los asesinatos las familias recibieron los cuerpos, los sepultaron sin ningún homenaje porque había amenazas de que si se hacía cualquier acto de reconocimiento a su labor atacarían a todos los asistentes, el presidente municipal Ossiel Pacheco, desapareció del municipio y no apoyó en nada a las familias de sus colaboradores.
Las familias huyeron de Coyuca, buscaron refugio en Acapulco, pero al día siguiente les llegó el huracán Otis, por ello tomaron lo que pudieron y salieron de Guerrero, hoy desde la clandestinidad han hecho público el martirio que vivieron para poder sepultar sus muertos, el miedo que sintieron de acompañarlos al panteón y el olvido de las autoridades que no fueron capaces de ofrecerles ninguna protección.
Francisco, quien es cuñado del policía municipal asesinado de nombre Carlos, expresó que después de la masacre las amenazas fueron para toda la familia y se sabe que son personas que, si tiene condiciones para cumplir esa amenaza por ello, tuvieron que irse de Guerrero.
"Llegaron amenazas de muerte y junté a mi familia, a mi hermana y sobrinos y a escondidas salimos rumbo a Acapulco, por eso llamamos al presidente Andrés López Obrador que voltee a vernos y otorgue ayuda. Ya que las autoridades del municipio de Coyuca y las del Estado nos han dejado solos".
El denunciante explicó que él trabaja en el transporte público y tuvo que abandonar su empleo, se quedaron las pocas pertenencias que la mayoría fueron dañadas por Otis y hoy buscamos iniciar una nueva vida alejados de la violencia.
Los Granados a los que se señaló de ser responsables del crimen de 13 policías pertenecen a la llamada "Federación Guerrerense" que encabeza el grupo delictivos conocido como Los Tlacos, que este mes de noviembre cumplen un año de conflictos con la Familia Michoacana por el control del territorio de Guerrero para controlar las extorsiones y el trasiego de drogas.