Acusan a policías de hostigar a organizaciones ligadas al CECOP

Al momento de la intercepción los agentes policiales obligaron a los pasajeros del autobús a descender, los tiraron al piso y los golpearon

Abel Miranda Ayala/ Corresponsal

  · sábado 2 de marzo de 2019

Dirigentes de organizaciones sociales ligadas a CECOP y CRAC-PC denunciaron haber sido víctimas de violaciones a sus derechos humanos al haberlos golpeado, amenazado y torturado en el puerto de Acapulco, por parte de un grupo de policías estatales, quienes los despojaron de un autobús de una empresa privada que ellos mantenían retenido y utilizando para movilizaciones.

De acuerdo con el relato de Ramón Ramos Escalera, quien es dirigente del Colectivo Zapata Vive y la Organización MOLPPEG, el pasado jueves alrededor de las 6 de la tarde se dirigían hacia sus oficinas en la colonia Emiliano Zapata, una parte en el autobús y otros en un auto particular cuando fueron interceptados por cinco patrullas y más de 30 elementos de la Policía del Estado, comandando por el oficial Jesús Hernández.

Al momento de la intercepción los agentes policiales obligaron a los pasajeros del autobús a descender, los tiraron al piso y los golpearon; mientras estaban en el suelo, los despojaron de sus teléfonos celulares y amenazaron con encarcelarlos y aplicarles todo el peso de la ley.

El contingente que viajaba en el auto privado regresó en auxilio de sus compañeros pero les fue impedido tomar fotografías, también recibieron amenazas en el sentido de que los tenían ubicados y en pocas palabras “se los puede llevar la chingada”.

El denunciante dijo que el MOLPPEG al que pertenecen es una organización de apoyo a movimientos sociales como el que encabeza el CECOP y por ello no es la primera vez que sufren, hostigamiento, amenazas y agresiones por parte de las corporaciones policiacas.

“Nosotros estamos trabajando por la seguridad, estamos haciendo una labor en beneficio del pueblo y lo único que recibimos es represión y criminalización por parte del gobierno”, aseguró.

En este tenor, exigió la libertad de los presos políticos como Marco Antonio Suástegui; en el relato estableció que el hostigamiento inició un día antes, cuando acudieron al Cereso de Acapulco a pagar la fianza de dos de sus compañeros del CECOP que obtendrían su libertad condicional, en ese lugar el autobús fue estacionado lejos de la entrada de la penitenciaría y hasta ese lugar fueron los elementos policíacos, se subieron al vehículo, amedrentaron a quienes ahí se encontraban y pretendieron despojarlos del dinero que habían reunido para las fianzas que era de 370 mil pesos, argumentos que tenían que fiscalizar el recurso.