A pesar que algunos automovilistas se molestan y otros le profieren insultos, Bernardo no se amilana y esquivando vehículos limpia parabrisas para ganarse unos pesos.
Confundido con otros compañeros de oficio, desde los primeros rayos del sol llega al entronque que hace el bulevar Vicente Guerrero con la entrada principal a Ciudad Renacimiento, para iniciar su faena diaria.
Provisto con un limpiador y un bote con jabón líquido, espera que el semáforo se ponga en alto y con agilidad se escurre entre los automóviles, para con destreza limpiar el parabrisas en el menor tiempo posible.
Lee también: Destaca joven por sus estudios a favor del medio ambiente
De cada vehículo que aborda, son contados los que le obsequian una moneda, pero esto lejos de desanimarlo, lo motiva para seguir trabajando.
En breve entrevista, Bernardo aseguró que de este noble oficio gana para el sustento de su esposa y para mandar a su hijo de 7 años a la escuela, "poco pero va saliendo".
Refiere que desde los 7 años aprendió a limpiar parabrisas, aunque ya siendo adolescente se dedicó a peón de albañil, pero se terminó la obra y no le quedó de otra que volver al bulevar.
Aquí me gano honradamente el sustento para mi familia, no molesto a nadie y me dedico a trabajar, dice al tiempo que espera que el semáforo se ponga en rojo.
-¿Que mensaje le das a otros jóvenes de tu edad?
A mis compañeras y compañeros les digo que se dediquen a trabajar, ganense la vida honradamente, que no hagan maldades, porque los tiempos están muy feos.
Y así, regresa a limpiar parabrisas en medio de una anarquía vehicular que existe en ese punto del bulevar Vicente Guerrero, por no existir vigilancia de la policía vial.