A pesar de que la demanda de personal médico y de enfermería durante la pandemia de Coronavirus le ofrecía una oportunidad única de mejorar su situación laboral dentro del Sector Salud, Sarahí decidió proteger a su familia y tuvo que rechazar un contrato que tenía años solicitando con el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) “mis padres son personas de los sectores de riesgo y no pude arriesgarme a contagiarlos”.
Sarahí cuenta con estudios de licenciatura en enfermería y media maestría en la misma materia, durante tres años ha prestado servicio como cubreturno en el Hospital del Niño y la Madre donde no tiene una plaza fija y su ingreso es muy poco, por ello venía solicitando ser contratada en lo que fue el Seguro Popular o lo que hoy es el Insabi.
A mediados de mayo fue llamada para informarle que su contrato finalmente sería firmado pero específicamente sería enviada a la atención de pacientes con Covid, y se le enviaría al sitio donde sus servicios fueran necesarios, es decir podría ser al hospital de Chilapa, al general de Chilpancingo o a cualquier otro del estado donde se saturara el servicio y se requiriera de más manos para atender, recibiría un salario digno, prestaciones y todo por lo que durante años había luchado, además le permitiría desarrollarse de manera personal en el ámbito de su profesión.
Sin embargo, aceptar la propuesta significaba un enorme riesgo de que manera personal estaba dispuesta a correr, pero el riesgo incluía a sus padres a los que no puede dejar solos y que son parte de los sectores de riesgo.
“Diario tenemos información de compañeras enfermeras que se contagian trabajando, tenemos noticias de muchas que han muerto y de manera personal estaba dispuesta a correr el riesgo pero mi familia es más importante que un trabajo”.
Hoy Sarahí atiende una tienda de abarrotes y en sus ratos libres sigue poniendo en práctica sus conocimientos en materia de salud para orientar a sus clientes a tener cuidados preventivos ante la pandemia, y de manera altruista pone inyecciones, sueros u otras cosas que los vecinos puedan requerir, ya que la población no puede ir a los hospitales.
CIFRAS
De acuerdo con cifras de las autoridades en materia de salud hace justamente una semana en Guerrero se cuantificaban 224 trabajadores contagiados y 21 que han perdido la vida por el Covid-19.
De los 224 contagios, al menos 96 se contabilizaron en 20 días, pues en el corte del primero de junio que había presentado se tenían 128 contagios, lo que representa que diariamente se han presentado casi cinco trabajadores infectados.
El caso de Sarahí no es el único de personal médico que decidió no aceptar los contratos para atender zonas Covid, pues de acuerdo con lo que declaró la líder del Sindicato de Salud en Guerrero, de los 45 trabajadores contratados 42 renunciaron al siguiente día.