Niños y adultos se bañan entre el escurrimientos de aguas negras en la playa Tlacopanocha, en donde existe un desagüe de la red del drenaje que provoca un fétido olor.
Irónicamente, esta concurrida playa fue una de las fueron inspeccionadas por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) y por increíble que parezca, la declaró apta para el uso recreativo.
Lo mismo hizo con Manzanillo, Caletilla, Icacos y Condesa, en donde también existen escurrimientos y debido a esto, tradicionalmente, en años anteriores, han sido declaradas no aptas para el esparcimiento.
Sin embargo, en un recorrido realizado se observó que colocaron piedras y la cubrieron con arena, para evitar que las aguas negras estancadas llegarán al mar.
Lee también: Aguas negras inundan la calle Juan de la Cosa en la Costera
Pero no lo consiguieron, porque estas aguas sucias brotan donde rompen las olas y es visible las manchas negras en un amplio perímetro.
Lo grave, es que los menores de edad juegan haciendo figuras sobre el lodo negro y ahí mismo se introducen a nadar, sin percatarse del riesgo que ocurren.
Lo mismo hacen los adultos, a pesar de que en el ambiente flota un fétido olor que proviene del agua estancada, que sigue filtrándose en la arena hasta llegar al mar.
Los ambientalistas, como Mónica Corazón Gordillo y Bernardo Salas Roldán, dieron la voz de alarma de que colocarán al menos señalamientos en las playas que sufren problemas de contaminación, pero nadie les hizo caso.