/ domingo 10 de octubre de 2021

Enfermos mentales, invisibles para el gobierno

En Acapulco se estima que hay más de 100 personas en las calles con una enfermedad mental o problemas de adicción

A todas horas reciben burlas, son humillados, son objetos de agresión y los llaman locos, pero son personas con una enfermedad mental, abandonados por sus familiares, en condición de calle y que detrás de ellos hay una historia de vida cuando fueron personas normales.

En Acapulco, de acuerdo a cifras extraoficiales del presidente de la Fundación por Amor al prójimo AC, Gustavo Telis Hernández, se estima que hay más de 100 personas en las calles con una enfermedad mental o problemas de adicción.

Pero lamentó, que en Acapulco no hay centros de atención para atender a enfermos mentales y no se le dé importancia a estas personas que consideró son “los invisibles de los gobiernos”.

Y ante esta falta de un centro de rehabilitación para enfermos mentales, Francisca Ozuna García vive un peregrinar en buscar un lugar adecuado para que atiendan a su hermano Arturo de 66 años de edad, quien médicos le diagnosticaron Esquizofrenia y Alzheimer.

Arturo que durante mucho tiempo, antes de sufrir de problemas mentales fue taxista, tiene una familia compuesta por esposa e hijos, un hogar, pero fue abandonado, lo dejaron solo con su demencia y los peores diagnóstico.

Ahora su hermana, la profesora Francisca, sufre y a veces llora al ver a su hermano en ese estado mental, pero más aún al buscar un lugar adecuado donde lo pueda atender clínicamente y con una estancia digna y adecuada.

Arturo, comenzó con miedo, se sintió perseguido, escuchaba voces en su cabeza, perdía las cosas y olvidaba donde quedaron, se comporta como niño e incluso llegó a escaparse varias veces de casa y fue encontrado caminando por las carreteras de Acapulco y de la región de la Costa Chica.

Relató que junto con su hermana, intentaron brindarle la mejor atención, pero tener a una persona con problemas mentales en una casa es muy complicado, pues requiere de toda la atención tanto de un especialistas y de cuidados para su aseo

Hace un mes, la maestra Francisca, después de recorrer y buscar centros de rehabilitación sólo encontró uno, que es el Cristo de la Misericordia y está ubicado en la localidad de Tres Palos, en la zona rural de Acapulco.

Sin embargo, encontró que la atención no es la adecuada, pues desde hace un mes que ingresos, donde paga 700 pesos semanales para que tenga un cuarto con baño y cama.

“Tenemos que llevar su medicamento, pero es muy deficiente la alimentación, pues en menos de un mes mi hermano ha bajado de peso y sólo le dan dos porciones de comida”.

Requieren de toda la atención tanto de un especialistas y de cuidados para su aseo. /Foto: Martín Gómez | El Sol de Acapulco

Pero desde hace un mes que ingresó no ha sido atendido en este centro de rehabilitación por ningún especialista y Francisca Ozuna tiene otro gasto para llevarlo con un psiquiatra y un psicólogo de manera privada, mientras lo cuidan en el Cristo de la Misericordia.

“Lo ingresamos al Cristo de la Misericordia, vemos que no lo tratan muy bien pero vemos que no hay otro lugar donde podamos llevar, vemos que aquí en Acapulco no hay muchos lugares donde reciban a este tipo de pacientes”, dijo.

Señaló que encontró un albergue, ubicado en la colonia Icacos, pero no aceptan a personas con problemas de esquizofrenia y Alzheimer y su hermano está entre esos dos diagnóstico.

La profesora Francisca, junto con su hermana han recorrido los centros de rehabilitación que le han recomendado en Acapulco, pero lamentablemente no ha encontrado un buen lugar que asistan con problemas neurológico.

“Es triste ver a mi hermano así, cuando él antes era taxista, bromista y es frustrante para nosotros no encontrar la atención adecuada y no podemos tener en casa porque las tres hermanas que nos hacemos cargo, tenemos nietos”, refirió.

Francisca, dijo que viven un peregrinar al no poder encontrar un lugar adecuado para la atención de personas con enfermedades mentales y sugirió a los políticos a ponerse "las pilas" y construir un hogar o un centro de rehabilitación donde los atiendan dignamente.

Lamentó que en este centro de rehabilitación Cristo de la Misericordia, donde se estima atienden a más de 100 personas, sean muy herméticos y no permitan que un familiar los apoye con realizar actividades recreativas.

Autoridades no los regresan a ver

A su vez, el presidente de la Fundación por Amor al prójimo AC, Gustavo Telis Hernández, quien desde hace cinco años creó un albergue, que se ubica en la zona de Pie de la Cuesta, busca con apoyo de la sociedad brindarle la mano, el amor y atención a estas personas que en la calle, les dicen “locos”, pero que detrás de ellos hay historia de vida.

En este albergue, donde viven 20 personas entre hombres y mujeres, en su mayoría adultos de 50 y 60 años, y que no son de Acapulco sino de otros estados y hasta extranjeros, son rescatados de la calle.

En cinco años, también otras 20 personas han sido reintegrados en su hogar, después de buscar a sus familias y que han decidido cuidarlos.

Gustavo Telis, lamentó que desde hace 50 años que vive en Acapulco, ningún gobierno ha regresado a ver a estas personas que deambulan por las calles con sus ropas sucias y ofrecerles algún tratamiento médico, techo o comida.

Los problemas de adicciones se agudizan en el estado. / Foto: Martín Gómez | El Sol de Acapulco

Comentó que un grupo de ciudadanos conformaron esta sociedad civil Fundación por Amor al prójimo AC donde han rescatado de la calle a personas, en su mayoría adultos mayores con problemas mentales, y que los han encontrado con piel severamente lesionada.

“Se les da cuidado, ropa limpia, se les baña, se les corta el pelo, atención médica, techo, comida, protección y si necesitan se le proporciona o si se requiere internarlo en un hospital también se le facilita aunque con mucha dificultad porque no tienen documentos como credencial de elector, CURP o lo que necesitan los hospitales ”.

Dijo que al ver que las autoridades gubernamentales nunca han hecho nada, es la sociedad quien se ha unido para rescatar estas personas con problemas mentales.

Recordó que en todo Guerrero sólo hay un centro de rehabilitación psiquiátrico que es el Cristo de la Misericordia, pero lamentablemente es una empresa que cobra por atender a sus pacientes.

Con donaciones en material, alimento y de manera económica este proyecto ha ayudado a las personas con enfermedades mentales o con problemas de adicciones desde hace cinco años.

Gustavo Telis, dijo que un enfermo mental que provoca miedo en las calles, al llegar al albergue y una vez que se le despoja su ropa sucia con pipí, popó, al rasurarlos, al cortarle su cabello y se le da ropa limpia, ven un cambio en ellos mismos y su enfermedad mental baja considerablemente.

Sólo necesitan una oportunidad para dejar las calles. / Foto: Martín Gómez | El Sol de Acapulco

“Darles amor, protección y cuidados”.

En el refugio, ubicado en Pie de la Cuesta, donde hay actualmente 20 pacientes, no están encerrados en cuatro paredes, conviven con animales que forma parte de su rehabilitación, el terreno de una hectárea, el cual rentan, es su espacio de esparcimiento donde ellos conviven con la naturaleza al estar cerca de la laguna.

Señaló que todos los enfermos mentales y personas con problemas de adicciones y alcoholismo, tienen familia pero por diversas razones no los tienen con ellos, pues en Acapulco no hay un centro de rehabilitación adecuado y cuesta mucho dinero el comprar sus medicamentos, además de que en otros casos los quieren despojar de sus propiedades o porque son agresivos con sus familiares.

A todas horas reciben burlas, son humillados, son objetos de agresión y los llaman locos, pero son personas con una enfermedad mental, abandonados por sus familiares, en condición de calle y que detrás de ellos hay una historia de vida cuando fueron personas normales.

En Acapulco, de acuerdo a cifras extraoficiales del presidente de la Fundación por Amor al prójimo AC, Gustavo Telis Hernández, se estima que hay más de 100 personas en las calles con una enfermedad mental o problemas de adicción.

Pero lamentó, que en Acapulco no hay centros de atención para atender a enfermos mentales y no se le dé importancia a estas personas que consideró son “los invisibles de los gobiernos”.

Y ante esta falta de un centro de rehabilitación para enfermos mentales, Francisca Ozuna García vive un peregrinar en buscar un lugar adecuado para que atiendan a su hermano Arturo de 66 años de edad, quien médicos le diagnosticaron Esquizofrenia y Alzheimer.

Arturo que durante mucho tiempo, antes de sufrir de problemas mentales fue taxista, tiene una familia compuesta por esposa e hijos, un hogar, pero fue abandonado, lo dejaron solo con su demencia y los peores diagnóstico.

Ahora su hermana, la profesora Francisca, sufre y a veces llora al ver a su hermano en ese estado mental, pero más aún al buscar un lugar adecuado donde lo pueda atender clínicamente y con una estancia digna y adecuada.

Arturo, comenzó con miedo, se sintió perseguido, escuchaba voces en su cabeza, perdía las cosas y olvidaba donde quedaron, se comporta como niño e incluso llegó a escaparse varias veces de casa y fue encontrado caminando por las carreteras de Acapulco y de la región de la Costa Chica.

Relató que junto con su hermana, intentaron brindarle la mejor atención, pero tener a una persona con problemas mentales en una casa es muy complicado, pues requiere de toda la atención tanto de un especialistas y de cuidados para su aseo

Hace un mes, la maestra Francisca, después de recorrer y buscar centros de rehabilitación sólo encontró uno, que es el Cristo de la Misericordia y está ubicado en la localidad de Tres Palos, en la zona rural de Acapulco.

Sin embargo, encontró que la atención no es la adecuada, pues desde hace un mes que ingresos, donde paga 700 pesos semanales para que tenga un cuarto con baño y cama.

“Tenemos que llevar su medicamento, pero es muy deficiente la alimentación, pues en menos de un mes mi hermano ha bajado de peso y sólo le dan dos porciones de comida”.

Requieren de toda la atención tanto de un especialistas y de cuidados para su aseo. /Foto: Martín Gómez | El Sol de Acapulco

Pero desde hace un mes que ingresó no ha sido atendido en este centro de rehabilitación por ningún especialista y Francisca Ozuna tiene otro gasto para llevarlo con un psiquiatra y un psicólogo de manera privada, mientras lo cuidan en el Cristo de la Misericordia.

“Lo ingresamos al Cristo de la Misericordia, vemos que no lo tratan muy bien pero vemos que no hay otro lugar donde podamos llevar, vemos que aquí en Acapulco no hay muchos lugares donde reciban a este tipo de pacientes”, dijo.

Señaló que encontró un albergue, ubicado en la colonia Icacos, pero no aceptan a personas con problemas de esquizofrenia y Alzheimer y su hermano está entre esos dos diagnóstico.

La profesora Francisca, junto con su hermana han recorrido los centros de rehabilitación que le han recomendado en Acapulco, pero lamentablemente no ha encontrado un buen lugar que asistan con problemas neurológico.

“Es triste ver a mi hermano así, cuando él antes era taxista, bromista y es frustrante para nosotros no encontrar la atención adecuada y no podemos tener en casa porque las tres hermanas que nos hacemos cargo, tenemos nietos”, refirió.

Francisca, dijo que viven un peregrinar al no poder encontrar un lugar adecuado para la atención de personas con enfermedades mentales y sugirió a los políticos a ponerse "las pilas" y construir un hogar o un centro de rehabilitación donde los atiendan dignamente.

Lamentó que en este centro de rehabilitación Cristo de la Misericordia, donde se estima atienden a más de 100 personas, sean muy herméticos y no permitan que un familiar los apoye con realizar actividades recreativas.

Autoridades no los regresan a ver

A su vez, el presidente de la Fundación por Amor al prójimo AC, Gustavo Telis Hernández, quien desde hace cinco años creó un albergue, que se ubica en la zona de Pie de la Cuesta, busca con apoyo de la sociedad brindarle la mano, el amor y atención a estas personas que en la calle, les dicen “locos”, pero que detrás de ellos hay historia de vida.

En este albergue, donde viven 20 personas entre hombres y mujeres, en su mayoría adultos de 50 y 60 años, y que no son de Acapulco sino de otros estados y hasta extranjeros, son rescatados de la calle.

En cinco años, también otras 20 personas han sido reintegrados en su hogar, después de buscar a sus familias y que han decidido cuidarlos.

Gustavo Telis, lamentó que desde hace 50 años que vive en Acapulco, ningún gobierno ha regresado a ver a estas personas que deambulan por las calles con sus ropas sucias y ofrecerles algún tratamiento médico, techo o comida.

Los problemas de adicciones se agudizan en el estado. / Foto: Martín Gómez | El Sol de Acapulco

Comentó que un grupo de ciudadanos conformaron esta sociedad civil Fundación por Amor al prójimo AC donde han rescatado de la calle a personas, en su mayoría adultos mayores con problemas mentales, y que los han encontrado con piel severamente lesionada.

“Se les da cuidado, ropa limpia, se les baña, se les corta el pelo, atención médica, techo, comida, protección y si necesitan se le proporciona o si se requiere internarlo en un hospital también se le facilita aunque con mucha dificultad porque no tienen documentos como credencial de elector, CURP o lo que necesitan los hospitales ”.

Dijo que al ver que las autoridades gubernamentales nunca han hecho nada, es la sociedad quien se ha unido para rescatar estas personas con problemas mentales.

Recordó que en todo Guerrero sólo hay un centro de rehabilitación psiquiátrico que es el Cristo de la Misericordia, pero lamentablemente es una empresa que cobra por atender a sus pacientes.

Con donaciones en material, alimento y de manera económica este proyecto ha ayudado a las personas con enfermedades mentales o con problemas de adicciones desde hace cinco años.

Gustavo Telis, dijo que un enfermo mental que provoca miedo en las calles, al llegar al albergue y una vez que se le despoja su ropa sucia con pipí, popó, al rasurarlos, al cortarle su cabello y se le da ropa limpia, ven un cambio en ellos mismos y su enfermedad mental baja considerablemente.

Sólo necesitan una oportunidad para dejar las calles. / Foto: Martín Gómez | El Sol de Acapulco

“Darles amor, protección y cuidados”.

En el refugio, ubicado en Pie de la Cuesta, donde hay actualmente 20 pacientes, no están encerrados en cuatro paredes, conviven con animales que forma parte de su rehabilitación, el terreno de una hectárea, el cual rentan, es su espacio de esparcimiento donde ellos conviven con la naturaleza al estar cerca de la laguna.

Señaló que todos los enfermos mentales y personas con problemas de adicciones y alcoholismo, tienen familia pero por diversas razones no los tienen con ellos, pues en Acapulco no hay un centro de rehabilitación adecuado y cuesta mucho dinero el comprar sus medicamentos, además de que en otros casos los quieren despojar de sus propiedades o porque son agresivos con sus familiares.

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