Ante el nulo acercamiento de las autoridades de la Secretaria de Salud, el enfermero Joel Hernández Gómez cumplió, este lunes, una semana en huelga de hambre para exigir de su reinstalación en el hospital Donato G. Alarcón, asegurando que las repercusiones en su salud ya han comenzado.
El pasado lunes primero de julio, mientras algunos celebraban el triunfo del presidente Andrés Manuel López Obrador, Hernández Gómez instaló un campamento provisional con dos casas de campaña a un costado de la entrada principal del Hospital General de Acapulco, ubicado en el poblado El Quemado, en donde exigía que le regresaran su empleo que presuntamente le fue arrebatado por el sindicato y la Secretaría de Salud.
Dijo que desde hace un año fue separado de su encargo en el Donato G. Alarcón como forma de represión ante las denuncias realizadas en contra de los malos tratos y carencias con las que cuenta el nosocomio, por lo que considera que su movimiento es justo.
Hasta este lunes, tan solo se han acercaron a su protesta representantes de gobernación estatal, quienes se comprometieron a ser interlocutores con el secretario Carlos de la Peña Pintos.
“Vinieron de gobernación diciendo que iban a tratar de convencer a Carlos de la Peña para dejarme en algún lugar y se echaron un rollo, lo único que yo les contesté es que quiero mi reinstalación, aunque yo sé que ya no me quieren en Donato por las denuncias que yo hice”, mencionó.
Hernández Gómez agregó que estará dispuesto a ser reubicado en un Centro de Salud en la periferia del puerto de Acapulco, con la finalidad de continuar con su labor a favor de la salud de la ciudadanía y tajantemente aseguró que continuará su movimiento a pesar de las repercusiones en su físico.