El sueño se cumplió

Emmanuel, diagnosticado con cáncer en fase terminal, conoció el mar en Acapulco; las olas reventaron en sus pies y la brisa marina acarició su rostro

José Francisco Zorroza

  · jueves 2 de agosto de 2018

“Puedes decir que soy un soñador, pero no soy el único”, era parte de la letra de la canción “Imagina” de Los Beatles, de quien era fan. Emmanuel tenía sólo 16 años y con el apoyo de la sociedad civil, cumplió su sueño de conocer el mar.

El pequeño estudiaba la secundaria y era originario de Ocotepec, Morelos. Tocaba la guitarra y practicaba las artes marciales. Esta disciplina durante una práctica le causó una lesión en uno de sus brazos que fue mal atendida y con el paso del tiempo, se lo amputaron junto con parte del hombro. Luego le diagnosticaron cáncer.

Su caso se suma al de miles de personas que, en el mundo, los oncólogos les han diagnosticado que su enfermedad ya es incurable y que se encuentran al borde de la muerte.

El sueño por cumplir de este niño con padecimiento en fase terminal lo hicieron realidad ciudadanos, porque el gobierno de Morelos hizo el compromiso, pero no cumplió.

Emmanuel, como muchas personas del centro del país, conocieron el mar en Acapulco. El pequeño visitó el puerto hace más de cuatro meses. Su gusto por la música lo hizo fan de Los Beatles y una de sus canciones favoritas era “Imagina”.

Civiles tomaron en sus manos cumplir uno de los últimos deseos del pequeño, quien además de tener esta enfermedad, ya no contaba con un brazo como consecuencia de una fractura al practicar karate que le fue mal diagnosticada.

Con el paso del tiempo, la lesión derivó en amputación de la citada extremidad y parte del hombro. Su problema, con el paso de los días, siguió siendo mal atendida hasta que fue turnado al Centro Médico Nacional en donde fue diagnosticado con cáncer.

Se intentó curarlo con implantes de células madre, mas no fue suficiente. Con el paso del tiempo presentó metástasis cancerígena, extendiéndose a otros órganos, lo cual finalmente le llevó a la muerte.

Junto con sus familiares, Emmanuel estuvo en Acapulco, donde conoció el mar, comió coco, las olas reventaron en sus pies y por primera vez tuvo la oportunidad de vivir esa sensación.

En la intención de cumplir el deseo de conocer el mar, la familia buscó ayuda en el gobierno de Morelos que preside Graco Ramírez Garrido Abreu, que se comprometió a apoyar al infante, pero los días pasaron y la palabra fue incumplida.

Ante ello, la Asociación Civil Sólo Ciudadanos tomó el caso y con iniciativa, junto con otras personas y grupos, dieron la oportunidad a Emmanuel de sentir y oler la brisa marina.

En su visita al puerto, el pequeño no sólo conoció el mar, sino también estuvo en La Quebrada, donde se tomó fotos con los clavadistas. Ese sitio turístico que es un símbolo emblemático tradicional para ver a estos intrépidos acapulqueños lanzarse desde un risco.

El sueño se cumplió. El pequeño tuvo la oportunidad de conocer el mar y en Acapulco tuvo la cita con la que se hizo realidad ese sueño y luego con el destino.

El domingo 29 de julio, Emmanuel cumplió cuatro meses de fallecido. La enfermedad que lo aquejaba le ganó la batalla. Sus restos descansan en el panteón municipal de Ocotepec, Morelos, informó en Twitter @solociudadanos.

«A todos uds que lo hicieron posible, desde el corazón GRACIAS!! #RedesCristalizandoAnhelos Los restos de Emmanuel, hoy descansan en el panteón mpal de #Ocotepec #Morelos».

En el sueño de Emmanuel y sus familiares que lo acompañaron, también participó la Organización Dr Sonrisas (Capítulo Guerrero), que a través de uno de sus afiliados brindó alojamiento en el puerto y la Fundación Padre Humberto Osorio Refino AC (cuya sede se encuentra en Chilpancingo), fueron parte de las asociaciones que solventaron el viaje y alimento para el pequeño soñador, su mamá, su hermana y tres sobrinitos que lo acompañaron.

En México y el mundo, hay miles de casos de personas desahuciadas a quienes les quedan horas, días, semanas o meses y que buscan alcanzar su sueño, como el de una mujer en Guerrero, a quien le quedan dos meses de vida y busca, tras siete años en unión libre, cumplir su fantasía de casarse antes de extinguirse por el cáncer.