Las batallas campales con cubetas, mangueras y globos llenos de agua podrían quedar en el olvido este tradicional sábado de gloria, ante la falta del vital líquido que se tiene en miles de hogares ubicadas en las más de 400 colonias populares de Acapulco.
De manera tradicional desde hace muchas décadas, cada sábado de gloria miles de personas entre niños, adolescentes y adultos salían a las calles de la ciudad a bañar a toda persona que se encontraban caminando, a bordo de camiones y a quienes se encontraban en vehículos particulares quienes también alcanzaban los globos que eran arrojados desde las banquetas con gran fuerza para que reventaran sobre las puertas logrando mojar a los tripulantes.
Este año, las cubetas y mangueras quedarán guardadas bajo las escaleras y azoteas de las casas, debido a la falta del servicio de agua que hay en todas las colonias y por la prioridad al tema de la medida sanitaria por el Coronavirus que se le dará al escaso líquido que la CAPAMA envía a las colonias.
La tradición que sirvió también como una forma de encuentro y reunión familiar, dio inicio según la historia años atrás, cuando la religión católica era considerada un peligro para los intereses del Imperio Romano, las personas acudían con los jerarcas de la iglesia a bautizarse de manera colectiva durante el sábado previo a la resurrección. Debido a la cantidad de gente, los sacerdotes optaron por "mojar" a los feligreses en lugar de llevarlos ante la pila bautismal.
Hoy en día, en Acapulco, el servicio de agua potable es insuficiente, de acuerdo a las propias autoridades sólo se cuenta con una cobertura del 80 por ciento en toda la ciudad, sin embargo, la realidad es otra debido a que miles de ciudadanos han recurrido a las constantes manifestaciones en las calles para lograr que la dependencia que controla el suministro del vital líquido, los considere por lo menos a través de pipas gratuitas.
Otra de las historias que se tenía y que dio origen a la fiesta de bañar a todo aquel se se encontraba en la calle un sábado de gloria, era que durante algún tiempo bañarse estaba considerado pecado, puesto que se creía que al hacerlo te estabas bañando con la sangre de Cristo, sin embargo, el sábado santo esa restricción era eliminada y todos acudían con júbilo a mojar con cubetas, mangueras, globos a cualquiera que pasara por su lado, sin importar los litros de agua que se desperdician.
La tradición de muchas décadas, poco a poco se ha estado olvidando, pero esto no sólo por la escasez del agua en la ciudad, sino también, por las sanciones que se han implementado por parte de las autoridades ante el desperdicio de miles de litros de agua que se hace en un sábado de gloria.
Las sanciones, por está tradición de bañarse en las calles unos a otros con cubetas y todo tipo de objeto que se tenía a la mano es sancionado y las multas varían.
De acuerdo a la ley, las sanciones van desde los mil hasta los 30 o 40 mil pesos, además de algunas horas de arresto.