Ante los hechos de inseguridad que se han registrado en Acapulco, la Iglesia Católica recomendó a los sacerdotes buscar el diálogo con víctimas de la violencia y presuntos delincuentes para restaurar el orden de justicia.
El arzobispo de la Arquidiócesis de Acapulco, Leopoldo González González , insistió que para restaurar el orden de justicia y el daño ocasionado a la víctima, la oferta de este proceso supone el diálogo entre la autoridad y las personas que han cometido crímenes y delitos.
“No se trata de un arreglo en lo oscuro, sino transparente y público , legal, busca la solución de fondo de la violencia y la inseguridad, busca el beneficio de la sociedad, viendo por la víctima y rescatando a aquella persona de su conducta criminal ”, Aclaró.
Pidió a Dios por el eterno descanso de las personas que han fallecido por la violencia y por la liberación para quienes se encuentran desaparecidos.
“Como sacerdotes hemos de buscar el diálogo con toda persona, porque por todos Jesús murió y resucitó, ya todos ofrece su salvación. El Papa nos pide ir a las periferias existenciales y la de quienes perpetran el crimen y el delito es una periferia muy dolorosa para la sociedad y de perdición para ellos ”.
Comentó que el sentir de una gran parte de la sociedad es “ya basta de todo esto”, y ante tantos hechos de violencia expresó una palabra de consuelo a quienes han sido víctimas de la inseguridad, “a muchos nos duele y nos indigna lo que les han hecho "
“Tenemos claro que es un mal con raíces de largo tiempo atrás, abonadas por la impunidad. Por ello, también tenemos claro que es necesario todo un proceso para erradicarlo y también es necesario la aportación de todos para lograrlo ”, precisó.
Consideró que las extorsiones y el cobro de piso, la destrucción de negocios y pertenencias para intimidar son una dolorosa sangría que socava la esperanza y el deseo de trabajar.
Durante su mensaje dominical que envió a través de las redes sociales, dijo que un deber irrenunciable de la autoridad ante un crimen o delito es la investigación para llegar al conocimiento de la verdad, restaurar el orden de justicia que ha sido violentado, procurar la restauración del daño en la medida de lo posible o asegurar que la persona que cometió el crimen o delito no vuelva a cometer ni proporcionarle la posibilidad de “readaptación”.
Aseguró que no se trata de eliminar a quien cometió un crimen, sino de que no siga haciendo daño y tenga la oportunidad de readaptarse.
Dijo que la autoridad no puede sola erradicar la violencia. “Todos los ciudadanos hemos de comprometernos a no meterla a nuestro hogar y excluirla de nuestro quehacer diario en la sociedad”, pero también expresar y hacer sentir a quienes perpetraron un crimen o cometen el delito, que rechazamos la fechoría que cometieron. Que no quede la apariencia de que en un crimen, sólo quienes lo sufrieron directamente han sido afectados.