Día de Muertos, día de ganarse unos pesos

Doña Reina, con dos cubetas de plástico y un cepillo, se aposta en la entrada del panteón de Las Cruces para ofrecer sus servicios de limpieza y pintura de tumbas

Celso Castro | El Sol de Acapulco

  · martes 2 de noviembre de 2021

Visitando las tumbas de sus seres queridos. / Foto: Martín Gómez | El Sol de Acapulco

La celebración de Día de Muertos no sólo es una oportunidad para acompañar a quienes se nos adelantaron en el viaje sin retorno, sino también para ganarse unos pesos.

Un ejemplo de esto lo representa doña Reina, quien a sus 80 años de edad, como desde hace 50 años, acude al Panteón de Las Cruces, para ganarse unos pesos y sacar para el sustento de su hogar.

Provista de dos cubetas de plástico y un cepillo, se aposta en la entrada de este camposanto para ofrecer sus servicios a las familias que acuden a visitar las tumbas de sus seres queridos, que ya reposan a perpetuidad.

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Con una amplia sonrisa en su rostro, espera paciente a los clientes, en ese receso acepta hablar de su experiencia como limpiadora de tumbas, "pero también las pintó, si así lo pide el cliente".

A sus 80 años, doña Reina acude al Panteón de Las Cruces para ganarse unos pesos y sacar para el sustento de su hogar. /Foto: Celso Castro | El Sol de Acapulco

-Doña Reina, ¿desde cuándo se dedica a este oficio?

Hijole, ya tengo muchos años aquí, empecé con mi esposo, quien ya murió, pero yo sigo trabajando en mi área.

-Pues cuantos años tiene trabajando en el panteón de Las Cruces...

Mire tengo 50 años, cada celebración de Día de Muertos, trabajo limpiando tumbas, en ocasiones vendo agua fresca, pero más me dedico a a acompañar a las familias a quitar la maleza, lavar las lápidas y hasta pintarlas.

-¿Se gana bien?

Con decirle que de aquí he sacado para mantener a mis cinco hijos, dos hombres y tres mujeres, ellos ya están casados y tienen su vida a parte, pero yo tengo que seguir trabajando para sostenerme.

Hace una pausa para ofrecer sus servicios a unas personas, pero como le agradecen y le dan las gracias, retoma la plática.

Ya le dije que soy viuda. Ya verdad, bueno, como le decía, ya tengo años trabajando y aquí voy a seguir hasta que Dios quiera.

-¿Y como le ha ido?

Bien, bueno lo dejo, no le quito más su tiempo, ahí vienen unas personas haber si me contratan...

De esta manera dio por concluida la charla esta mujer de edad adulta, quien sigue ganándose la vida soportando los rayos de sol y acarreando agua, para ganarse unos pesos en este día de los fieles difuntos.