Concesionarios de calandrias en Acapulco, declararon como fallida la aceptación del carruaje tirado por una cuatrimoto, debido a que tan solo tres turistas pagaron por el servicio durante los cuatro días que duró el plan piloto impulsado por autoridades de medio ambiente del gobierno municipal y estatal.
El pasado jueves 5 de diciembre, el titular de la Semaren, Arturo Álvarez Angli y la Ecología y Medio ambiente municipal, Guadalupe Rivas, dieron el banderazo de arranque para el periodo donde se puso a trabajar al vehículo antes mencionado, con la finalidad de observar si era viable para la labor y así como su rentabilidad hasta este lunes.
Consultado vía telefónica, el presidente de la Unión de Iniciadores y Conductores de Calandrias del Fraccionamiento Marroquín, Artemio Peláez de la Fuente, aseguró tener el reporte de uno de sus agremiados quien se encargó de poner en marcha el plan piloto, de que a pesar de que el fin de semana se rebasó el 80 por ciento de ocupación hotelera, tan solo tres personas fueron atraídas por el paseo.
“Lo único que le dicen al conductor el que está bien, pero lo que queremos es que la gente se suba, no comemos saludos, de que vamos a vivir. Fueron como tres familias las que se subieron, imagínense, fueron como 500 pesos y hasta eso porque les hicimos un descuento ya que le cobraron la mitad”, dijo.
El dirigente puntualizó que el día jueves cuando arrancó el plan piloto no se generaron rentas, el viernes dos personas contrataron el servicio, el sábado se fue sin ganancias y el domingo, a pesar de que la ocupación hotelera estuvo al 88 por ciento, tan solo una familia pagó por subirse y a mitad de precio.
Peláez de la Fuente, destacó que, en promedio por noche, una calandria realiza cuatro o cinco “vueltas” por noche y de sustituir los caballos, destacó que la actividad se iría a la quiebra, dejando a decenas de familias sin sustento económico.